martes, octubre 21, 2025

La culpa: la emoción tóxica que nos ancla al pasado

Marian Rojas Estapé advierte sobre los efectos negativos de la culpa en nuestra vida cotidiana.
por 16 octubre, 2025
Lectura de 1 min

La psiquiatra Marian Rojas Estapé ha puesto de manifiesto la influencia negativa de la culpa en nuestras vidas, una emoción que surge frecuentemente tras un fallo, una expectativa incumplida o un reproche externo. Según Rojas, esta emoción puede originarse tanto de la autoexigencia, cuando nos juzgamos con dureza, como del entorno, a través de críticas o comparaciones. Si no se aborda adecuadamente, la culpa ocupa un espacio mental considerable y contamina nuestro estado de ánimo, convirtiéndose en un lastre que impide avanzar.

Rojas Estapé asegura que «la culpa es una emoción tóxica que nos ancla al pasado e impide avanzar”. Esta afirmación resalta la naturaleza destructiva de la culpa, que puede robar energía, hundir la autoestima y dificultar la toma de decisiones, llevando incluso a estados de ánimo muy negativos. La psiquiatra enfatiza que pocas emociones pueden resultar tan dañinas cuando nos quedamos atrapados en ellas.

El origen y el ciclo de la culpa

La culpa aparece cuando sentimos que no hemos actuado correctamente o no hemos cumplido con las expectativas, ya sean propias o ajenas. Este sentimiento puede crear un bucle tóxico: cuanto más rumiamos el error, más se fija la emoción y más se retrae nuestra conducta. Esto nos lleva a evitar situaciones como pedir perdón, posponer conversaciones importantes o dejar de intentar mejorar. El resultado es una vida orientada al pasado, donde el presente queda relegado.

Transformar la culpa en aprendizaje

La propuesta de Rojas Estapé es clara: hay que cambiar el enfoque sobre la culpa y transformarla en un motor de aprendizaje. Si hemos cometido un error, es fundamental convertir la culpa en una oportunidad para aprender y tomar una acción mejor en el futuro. No se trata de negar lo ocurrido, sino de reparar y reorientar nuestras acciones, pasando del juicio a la responsabilidad.

Para comenzar este proceso de transformación, Rojas sugiere una guía sencilla. En primer lugar, es importante nombrar lo que ha sucedido sin dramatizar, reconociendo qué hicimos, a quién afectó y qué parte de la situación depende de nosotros. A continuación, es esencial reparar en lo posible, ya sea mediante una disculpa concreta, una devolución o una enmienda. Por último, se debe extraer una regla práctica que nos ayude a actuar de manera diferente la próxima vez.

Además, es crucial cortar la rumiación. Una vez que hemos actuado, debemos volver al presente y entender que la culpa ha dejado de tener función en nuestras vidas. Rojas concluye con un mensaje esperanzador: “La culpa no construye… pero puede convertirse en el punto de partida para el cambio”, invitando a todos a cerrar cuentas con el pasado para recuperar energía en el presente y ver cada error como una palanca de crecimiento.

Redacción

Equipo editorial especializado en actualidad ibérica, economía y política. Información rigurosa y análisis profundo de España y Portugal las 24 horas del día.

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