La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y la Asociación Portuguesa de Epidemiología (APE) han inaugurado este miércoles en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) su congreso anual, centrado en la urgente necesidad de recuperar la confianza en la ciencia. La conferencia inaugural fue presentada por el reconocido epidemiólogo irlandés David Moher, director del Centre for Journalology en el Ottawa Hospital Research Institute, quien ofreció una reflexión crítica sobre los desafíos actuales que enfrenta el sistema científico.
Retos y soluciones en la investigación científica
Moher tituló su ponencia ‘Trustworthy research: are we there yet?’ (‘Investigación confiable: ¿hemos llegado ya?’), donde abordó algunos de los principales problemas que afectan a la credibilidad de la investigación. Durante su intervención, subrayó que, aunque en 2023 se retiraron más de 10.000 artículos científicos por fraude o irregularidades, esto representa solo una fracción de los trabajos publicados anualmente. “Entre uno y dos millones de artículos se publican cada año con rigor y principios de buena ciencia”, destacó.
Sin embargo, el experto enfatizó que aún queda mucho por mejorar, especialmente en lo que respecta a la cultura de integridad científica. Moher señaló que cerca de 400.000 trabajos científicos publicados entre 2000 y 2022 podrían proceder de «paper mills», es decir, empresas que fabrican y venden artículos prefabricados a investigadores. “Estas prácticas ponen en riesgo la credibilidad del conocimiento científico y exigen una respuesta firme del sistema investigador”, añadió.
Propuestas para fortalecer la integridad científica
David Moher abogó por una reforma de las estructuras que sustentan la investigación, proponiendo medidas concretas como la obligación de registrar los estudios antes de realizarlos, seguir guías de redacción científica y compartir datos y materiales de manera obligatoria. Además, insistió en la necesidad de ofrecer formación específica en ética e integridad científica para estudiantes, investigadores y docentes.
El epidemiólogo también instó a revisar los sistemas de evaluación de la investigación, que a menudo priorizan la cantidad de publicaciones sobre su calidad e impacto real. En este sentido, planteó que los centros de investigación deben colaborar con financiadores y editores para exigir formación en integridad científica y evaluar a los investigadores con criterios más allá del número de publicaciones.
La importancia de la ciencia en la salud pública es innegable, especialmente tras la pandemia de COVID-19, que puso de manifiesto tanto las fortalezas como las debilidades del sistema científico. Moher recordó que la confianza pública en la ciencia es crucial para la toma de decisiones informadas en salud pública. “El problema no es cuántos artículos se publican, sino cómo se hace y con qué propósito”, advirtió.
Según el experto, muchas organizaciones de investigación están obsesionadas con la cantidad de publicaciones como indicador de éxito, cuando en realidad “carece de evidencia científica considerar brillante a quien publica 20 artículos al año”. Esta situación ha llevado a que las publicaciones se conviertan en una “moneda de cambio” para acceder a financiación, promociones o estabilidad laboral.
“Necesitamos soluciones informadas, transparentes y reproducibles. No se trata de publicar más, sino de hacerlo mejor”, concluyó Moher, reclamando mayor transparencia y un sentido crítico dentro del sistema científico para restaurar la confianza pública.
