El reciente estudio de la Universidad Internacional de La Rioja ha desvelado un preocupante aumento de más del 1200% en las hospitalizaciones de adolescentes por depresión en España, pasando de 173 casos en el año 2000 a casi 1 800 en 2021. Esta alarmante cifra coincide con la celebración del Día Mundial de la Salud Mental el 10 de octubre, un momento propicio para reflexionar sobre la situación actual y la necesidad de apoyo para las familias afectadas.
La experiencia personal de una madre
Sonia Herrero, abogada y fundadora de la Asociación Humanamente, compartió su experiencia tras enfrentar la crisis de salud mental de su hijo. Después de una larga carrera en organizaciones internacionales, Sonia se vio obligada a parar cuando su salud se deterioró. «Mi cuerpo dejó de seguir las órdenes; se colapsó», recuerda. A pesar de su formación como coach de vida, un nuevo desafío apareció cuando su hijo, de diecinueve años, experimentó varios brotes psicóticos.
“Cuando él empezó a perder la razón, nosotros veíamos que le perdíamos a él, que ya no podía hablar con nosotros”, explica Sonia. En esos momentos de angustia y confusión, se enfrentó a la soledad que sienten muchos familiares de personas con trastornos mentales. “Se siente mucha angustia, miedo y preocupación. No sabes qué está pasando”, añade.
El vacío tras el alta hospitalaria
Uno de los momentos más críticos llegó tras el alta de su hijo del hospital psiquiátrico. Aunque estaba más calmado, no estaba listo para reintegrarse a su vida diaria. «Le dieron el alta, pero nadie habló conmigo como madre para explicarme lo que iba a pasar después», señala. Esta falta de información dejó a Sonia en una situación de vacío y frustración, sintiéndose ignorada y sin apoyo.
La estigmatización de los trastornos mentales a menudo dificulta que las familias busquen ayuda. Sonia relata que, ante el sufrimiento de su hijo, decidió romper el silencio. «Decidí hablar de ello. Compartir mi historia me ayudó», afirma, evidenciando la importancia de abrirse y buscar apoyo en momentos difíciles.
A pesar de las dificultades, Sonia destaca la necesidad de cuidar de uno mismo para poder ayudar a los demás. «Yo me ocupo de mí, tú ocúpate de ti», es el mensaje que desea transmitir a otras madres que enfrentan situaciones similares. «Es demasiado esperar que tú sola puedas ayudar a tu ser querido a que salga de una depresión o una psicosis”, subraya.
Afortunadamente, el hijo de Sonia ha logrado recuperarse y lleva dos años sin medicación. “Sí, tiene cura. Mi hijo se ha recuperado”, concluye con optimismo. Sin embargo, Sonia advierte que la percepción de que los problemas de salud mental son sentencias de por vida sigue muy presente en la sociedad, afectando tanto a los pacientes como a sus familias.
Por último, aboga por la creación de nuevas instituciones que ofrezcan soporte a las familias tras el alta hospitalaria. «Necesitamos una figura de orientación que refuerce a los familiares, porque cuanto más fuertes estemos, mejor podremos ayudar», concluye.