El pasado martes, en el municipal de Alcalá, Gabri de Vuyst hizo realidad su sueño al debutar con el primer equipo del Tenerife en un partido de competición. El joven portero majorero, de padre de Fuerteventura y madre belga, reconoció que al principio sintió «un poco nervioso», una reacción que consideró normal dada la magnitud del momento. «Llevo toda la vida peleando por esto», afirmó Gabri en un encuentro con periodistas, subrayando la importancia de su familia, presente en la grada para apoyarle.
Una vez que se unió al club blanquiazul en 2023, Gabri pasó por diferentes categorías, desde el juvenil hasta el Tenerife C. A mediados de la temporada 2024/25, comenzó a entrenar con el primer equipo sin haber tenido minutos en el segundo equipo, lo que marcó el inicio de su ascenso en la estructura del club. La salida de Tomeu Nadal en el mercado de invierno aumentó la necesidad de canteranos, lo que facilitó su convocatoria para un partido de Liga el 9 de febrero en el Martínez Valero.
Un camino lleno de esfuerzo
Gabri fue elegido para hacer frente a la presión de ser el portero titular en ausencia de Salvi Carrasco, quien no estaba disponible. Su desempeño llamó la atención del entrenador, Álvaro Cervera, quien lo describió como «un chaval extraordinario, humilde y con ganas de trabajar». A medida que avanzaba la temporada, Gabri alternó actuaciones con el Tenerife B, acumulando experiencia a pesar de algunos resultados adversos.
La competencia para ser el portero de la primera plantilla era intensa. Con Dani Martín como principal candidato para uno de los puestos, Gabri y su compañero Sergio Aragoneses debían demostrar su valía. Finalmente, el club decidió confiar en Gabri, ampliando su contrato hasta junio de 2027 con opción a una temporada más, consolidando así su lugar en el equipo.
Un legado familiar en el fútbol canario
El debut de Gabri fue especialmente significativo, ya que su padre, Jero Lozano, también fue portero y un referente en el fútbol canario. Gabri comenzó su carrera en las categorías inferiores del Corralejo antes de recibir ofertas de clubes como el Real Valladolid y el Mallorca. Su trayectoria se enmarca en una tradición de porteros canarios que han pasado por el Tenerife, aunque pocos han logrado mantener una continuidad en la competición.
Con su dorsal 13 en la espalda y el apoyo de su familia, Gabri de Vuyst empieza a escribir su historia en el fútbol profesional, un camino que ha requerido dedicación y esfuerzo constante. Con un futuro prometedor por delante, su debut es solo el comienzo de lo que espera sea una larga y exitosa carrera en el balompié.
