martes, noviembre 25, 2025

Etiquetar a los hijos: el error común en la crianza emocional

Etiquetar a los niños puede perjudicar su desarrollo emocional y su autoestima.
por 25 noviembre, 2025
Lectura de 2 min

La crianza de los hijos plantea numerosos interrogantes sobre cómo proporcionarles un entorno emocionalmente seguro. Un aspecto crucial que se ha puesto de manifiesto es el daño que puede causar etiquetar a los niños, lo que puede afectar su desarrollo emocional y su autoestima. Esta problemática ha sido abordada por expertos, como Pepa, una voz reconocida en el ámbito de la psicología infantil, quien subraya que el apego seguro se construye a partir de la conexión emocional genuina entre el adulto y el niño.

La clave para entender las necesidades de los menores radica en reconocer que no aprendemos a amar porque amamos, sino porque alguien nos amó primero. Esta afirmación resuena con la esencia del apego seguro, que se fundamenta en la percepción interna del niño sobre sus vínculos afectivos. La vivencia emocional de un pequeño es lo que realmente marca la diferencia en su desarrollo.

Emociones y conexión: una mirada desde su mundo

Cuando un niño expresa su descontento, como llorar porque no puede ir al parque, es fundamental que los adultos comprendan la magnitud de sus emociones. A menudo, la respuesta automática de los adultos suele ser minimizar el sentimiento del niño con frases como “no pasa nada” o “otro día será”. Sin embargo, esta invalidación puede ser dañina, ya que el niño vive su mundo emocional de manera intensa y literal.

La contención emocional, un concepto que proviene del enfoque cognitivo-conductual de la Universidad Complutense, juega un papel esencial en la crianza. Esta habilidad no implica distraer al niño, sino acompañarle en su emoción, validando sus sentimientos. Esto significa reconocer su frustración y ofrecerle un espacio donde se sienta comprendido. Tal como explica el ponente, la contención emocional es comparable a una gran presa que sostiene sin romperse, permitiendo que el niño sienta que no está solo en su experiencia emocional.

Separar al niño de su conducta: una cultura de empatía

El segundo aspecto que se debe trabajar es la separación entre el niño y su conducta. La tendencia a etiquetar a los niños como “buenos” o “malos” se encuentra arraigada en muchas narrativas culturales. Frases como “eres desobediente” o “eres travieso” contribuyen a una visión negativa del niño, cuando en realidad lo que necesitan son límites claros y guía emocional.

Una anécdota ilustra esta cuestión: un niño que llora en un parque no está simplemente buscando quedarse más tiempo, sino que su llanto refleja una necesidad más profunda de conexión y seguridad con su madre. Este tipo de comprensión es fundamental para fomentar un apego seguro y emocionalmente saludable.

En conclusión, la crianza efectiva se basa en la validación de las emociones y la empatía hacia el mundo interno de los niños. Al evitar etiquetar y al promover una conexión emocional genuina, los adultos pueden ayudar a los menores a desarrollarse en un entorno más seguro y enriquecedor. La crianza no debe ser un acto mecánico, sino un proceso consciente de entendimiento y amor.

Redacción

Equipo editorial especializado en actualidad ibérica, economía y política. Información rigurosa y análisis profundo de España y Portugal las 24 horas del día.

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