Emilio Navarro, alcalde de Santiago del Teide, ha cumplido uno de sus sueños de infancia al debutar en la emblemática Subida a Tamaimo, donde compitió a bordo de un Peugeot 208 Rally4. Este evento, venerado por su localidad durante más de medio siglo, se convirtió en el escenario perfecto para que el edil viviera la adrenalina de las carreras.
Desde pequeño, Navarro ha estado marcado por la magia de la Subida, y su participación no fue meramente simbólica. A pesar de su falta de experiencia en el mundo del automovilismo, logró un destacado 200º puesto en la Copa de España y un 24º en el Campeonato de Canarias, superando las expectativas de muchos. En una reciente entrevista, el alcalde confesó que llegó a la competición «prácticamente sin tiempo de entrenar», lo que añade aún más mérito a su actuación.
Una experiencia inolvidable
Navarro se mostró sorprendido y emocionado por lo que vivió durante la prueba. «Estoy asimilando un poco todo», afirmó tras la carrera, sin ningún tipo de pose política en su discurso. Su objetivo no era marcar tiempos ni batir récords, sino simplemente disfrutar de la experiencia. «Me lo pasé muy bien y fue divertido», aseguró, revelando que su participación estaba impulsada por un deseo personal de vivir un sueño.
Al recordar el momento en que se colocó el casco, el alcalde admitió que al principio sentía nervios, pero que con el tiempo fue reemplazado por una sensación de tranquilidad. «Nunca esperaba esos tiempos, tampoco sé si son buenos o malos… me dicen que son buenos», expresó con humildad, reconociendo las dudas que le asaltaron antes de la carrera. «La noche antes decía: ¿Qué necesidad tenía yo de este jaleo?», relató, mostrando su respeto por la magnitud del evento.
La magia de la Subida a Tamaimo
Uno de los momentos más emotivos de la Subida es el regreso de los pilotos, donde el público forma un pasillo para aplaudir y animar. Navarro describió esta experiencia como «algo espectacular». La conexión entre los aficionados y los pilotos, sean locales o visitantes, es una de las características que hacen de la Subida a Tamaimo un evento único en el calendario de las competiciones automovilísticas en Canarias.
El alcalde también mencionó el caso de Paolo Diana, un piloto italiano que participó en la prueba y que no pudo contener las lágrimas al finalizar. Este tipo de emociones resalta el sentido de comunidad y la pasión que rodea a la Subida, creando un ambiente que trasciende lo meramente competitivo.
A pesar de sus escasos entrenamientos, Navarro se lanzó a la aventura con el apoyo del dueño del coche, a quien agradece enormemente por su insistencia. Tras su debut, dejó abierta la posibilidad de futuras participaciones, aunque con una sonrisa reflexiva comentó: «No lo sé. Ya cumplí este sueño. Ahora me estoy bajando de esa nube».
Este episodio no solo marca un hito en su vida personal, sino que también subraya la importancia de la Subida a Tamaimo como un evento que une a la comunidad y celebra la pasión por el automovilismo.
