Cuando nos sumergimos en agua, especialmente al tomar un baño largo, es habitual notar que nuestros dedos y pies empiezan a arrugarse. Este fenómeno, que a menudo se considera un simple efecto estético, es en realidad una respuesta del sistema nervioso que puede ser indicativa de la salud general de una persona.
¿Por qué se arrugan los dedos en el agua?
Desde pequeños, muchos de nosotros hemos escuchado la advertencia de que es momento de salir del agua cuando nuestros dedos comienzan a arrugarse. Sin embargo, esta creencia popular se basa en una idea equivocada: no es que la piel «absorba» agua como una esponja, sino que es una reacción del sistema nervioso simpático.
Según el farmacéutico Álvaro Fernández, esta respuesta se produce porque el sistema nervioso provoca una vasoconstricción en los dedos. Esto significa que los vasos sanguíneos se cierran, haciendo que la piel se «encoga» y aparezcan las arrugas. Este mecanismo tiene un propósito evolutivo: mejorar el agarre en superficies mojadas o resbaladizas, similar a cómo las suelas de los zapatos tienen patrones para facilitar la tracción.
Implicaciones para la salud
El hecho de que nuestros dedos se arruguen adecuadamente después de estar en remojo es un signo de un sistema nervioso que funciona correctamente. Sin embargo, si una persona no presenta esta respuesta, podría ser indicativo de un daño en el sistema nervioso simpático. Tal situación se observa en pacientes con patologías como Alzheimer, Parkinson o demencias, donde los nervios pueden verse comprometidos.
Este fenómeno ha llevado a que en la década de los 70 se utilizara la reacción de arrugado de los dedos como una prueba médica para evaluar daños en el sistema nervioso simpático. Se comprobó que los pacientes con lesiones en el nervio mediano no mostraban esta respuesta, lo que subraya la importancia de esta reacción natural en la evaluación de la salud neurológica.
En conclusión, las arrugas en los dedos al estar en remojo no son solo un simple efecto de la humedad; representan una respuesta biológica vital que puede ofrecer información sobre el estado del sistema nervioso de una persona. Si bien es un proceso natural, su ausencia puede requerir atención médica.
