Las relaciones interpersonales, especialmente las de pareja, se fundamentan en la reciprocidad, pero no siempre se cumplen estas expectativas. En numerosas ocasiones, una parte asume de manera desmesurada la responsabilidad emocional del otro, dando lugar a lo que se conoce como el ‘síndrome del paracaídas emocional’. Este fenómeno se caracteriza por una dinámica en la que una persona se convierte en el salvador emocional de la otra, lo que puede resultar en un desgaste considerable para quien sostiene la relación.
El ‘síndrome del paracaídas emocional’ ocurre principalmente en relaciones románticas, aunque también puede manifestarse en amistades. La persona que adopta el rol de salvador siente una constante necesidad de cuidar y sostener emocionalmente a la otra, especialmente en momentos difíciles. Esta carga puede convertirse en una presión invisible que, aunque no se percibe de inmediato, puede llevar a un colapso emocional.
Características del ‘síndrome del paracaídas emocional’
La psicóloga y divulgadora María Esclapez describe este patrón como un desequilibrio emocional. A través de sus redes sociales, enfatiza que “no viniste al mundo a ser su secretaria, su terapeuta y su madre”. El amor, en este contexto, se torna en una carga que puede resultar asfixiante. Según Esclapez, es común que el salvador emocional se esfuerce por mantener la calma en su pareja, incluso a costa de su propio bienestar, creando un ciclo de dependencia.
Por su parte, la psicóloga y sexóloga Lydia Ulecia añade que este comportamiento suele estar asociado a un apego evitativo, donde una de las partes se acerca solo cuando necesita apoyo, pero se aleja cuando la relación exige un compromiso emocional. Este patrón, advierte Ulecia, se repite más de lo que parece, dejando a quienes lo llevan a cabo en una constante lucha interna entre el deseo de estar cerca y el miedo a la carga emocional.
Consecuencias y reflexiones
El síndrome del paracaídas emocional puede llevar a relaciones intermitentes, caracterizadas por ciclos de enganche y desconexión. Las personas involucradas suelen experimentar una baja autoestima, ansiedad y una sensación de no saber amar adecuadamente. Ulecia señala que, en los casos más extremos, esto puede derivar en una «soledad crónica» debido a relaciones fallidas.
Culturalmente, esta dinámica tiende a afectar más a hombres que a mujeres, ya que sobre ellos recae un mandato de independencia emocional. Ulecia destaca que “se les enseña a ser autosuficientes y a no mostrar vulnerabilidad”, lo que complica aún más la situación. A su vez, Esclapez resalta que las mujeres han sido socializadas para asumir el papel de cuidadoras emocionales, aunque también hay hombres que se encuentran atrapados en este rol.
Identificar el síndrome del paracaídas emocional es crucial para abordar la situación. La terapia puede ser una herramienta valiosa para trabajar el apego, los límites y el deseo consciente. Ulecia concluye que “el amor no es solo un impulso, también se puede aprender”. Reconocer y gestionar estas dinámicas es esencial para construir relaciones más saludables y equilibradas.
