Investigaciones recientes han revelado una conexión notable entre el consumo de gluten y diversas afecciones mentales, incluyendo la depresión y la esquizofrenia. La profesora Deanna L. Kelly, experta en psiquiatría en la Universidad de Maryland, ha estado a la vanguardia de estos estudios, sugiriendo que algunas personas pueden ser más propensas a desarrollar problemas de salud mental debido a la sensibilidad al gluten en productos que consumimos a diario.
Durante más de 17 años, Kelly ha dirigido ensayos clínicos sobre la esquizofrenia y ha investigado cómo la dieta puede influir en la salud mental. Su interés comenzó al analizar datos de soldados durante la Segunda Guerra Mundial, donde observó que la escasez de trigo estaba correlacionada con una disminución en las hospitalizaciones por trastornos mentales. Este hallazgo la llevó a investigar en Papúa Nueva Guinea, donde la ausencia de trigo en la dieta se asociaba con tasas inexistentes de esquizofrenia.
Inspirada por el trabajo del psiquiatra Curtis Dohan, quien en la década de 1970 documentó casos de recuperación de esquizofrenia a través de una dieta sin trigo, Kelly decidió realizar un ensayo clínico para evaluar la respuesta del organismo al gluten. Sus resultados mostraron que los pacientes esquizofrénicos presentaban niveles significativamente altos de anticuerpos contra el gluten, sugiriendo una notable conexión entre la función cerebral y la sensibilidad al gluten.
La respuesta del cuerpo y sus consecuencias
La investigación indica que cerca de una de cada 17 personas puede experimentar síntomas psiquiátricos relacionados con el consumo de gluten. Cuando alguien con sensibilidad al gluten ingiere este compuesto, su organismo produce anticuerpos, lo que puede llevar a inflamaciones no solo en el intestino, sino también en el cerebro. Esta inflamación puede manifestarse a través de síntomas como confusión mental, ansiedad, cambios de humor e incluso alucinaciones, que a menudo son resistentes a tratamientos farmacológicos.
Un estudio que analizó más de 2 000 personas celiacas reveló que un 39% de ellas experimentó síntomas depresivos a lo largo de su vida. Además, hay evidencia clínica que respalda que una dieta libre de gluten puede ser beneficiosa para personas diagnosticadas con esquizofrenia, ofreciendo una nueva perspectiva sobre el manejo de estos trastornos.
El papel de los ultraprocesados en la salud mental
Más allá del gluten, Kelly también señala que el consumo de alimentos ultraprocesados tiene un impacto significativo en la salud mental. Según sus observaciones, la prevalencia de trastornos como la depresión y la ansiedad es mayor en individuos que ingieren altos niveles de estos productos. Esta tendencia ha llevado a la hipótesis de que el aumento en la sensibilidad al gluten puede estar vinculado a la mayor presencia de este componente en los alimentos ultraprocesados.
El panorama se complica aún más con la creciente disponibilidad de productos que contienen gluten, lo que puede estar contribuyendo a un aumento en la sensibilidad al mismo en la población. Así, la investigación sobre la relación entre la dieta y la salud mental sigue cobrando relevancia, abriendo un camino hacia intervenciones más eficaces y personalizadas en el tratamiento de trastornos mentales.
