Los incendios forestales que asolan España no solo destruyen vastas extensiones de naturaleza, sino que también ponen en riesgo la salud pública a largo plazo. Según Carlos Baeza, miembro del área de Neumología Ambiental y Ocupacional de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), los problemas de salud asociados al humo no se limitan a los días inmediatos tras el fuego, sino que pueden aparecer años después.
Las partículas nocivas generadas por los incendios, que han arrasado aproximadamente 400.000 hectáreas en la península ibérica, pueden permanecer en el aire durante semanas. Esto aumenta el riesgo de sufrir enfermedades como infartos, ictus o infecciones respiratorias, incluso en zonas alejadas del siniestro. Baeza recalca que el humo puede dispersarse a cientos o miles de kilómetros, lo que significa que más de media España está potencialmente expuesta a niveles peligrosos de contaminación.
Impacto en la salud a largo plazo
Las partículas más peligrosas, denominadas PM2,5, son tan pequeñas que pueden penetrar profundamente en el sistema respiratorio. Además, al quemarse no solo vegetación, sino también edificios y vehículos, se liberan compuestos tóxicos adicionales, incluyendo metales pesados como el plomo y el mercurio. Aunque los síntomas iniciales tras la exposición al humo pueden ser leves, como picor de garganta o irritación ocular, la situación puede agravarse con el tiempo.
Una investigación reciente indica que a los diez días de exposición, el riesgo de muerte cardiovascular puede aumentar un 1,8%. Además, inhalar este humo en verano se ha asociado con un incremento de entre 3 y 5 veces en la probabilidad de contraer gripe a finales de año.
Grupos vulnerables y recomendaciones
Los efectos del humo son especialmente preocupantes para las personas con enfermedades respiratorias como el asma o la EPOC, así como para los niños y ancianos, cuyos sistemas inmunitarios son más vulnerables. Las embarazadas también enfrentan riesgos adicionales, incluyendo un mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer.
Para minimizar la exposición, se recomienda alejarse del fuego y seguir las instrucciones de las autoridades. En caso de no poder evacuar, es crucial permanecer en interiores con ventanas cerradas y utilizar aire acondicionado en modo de recirculación. También es fundamental estar atentos a la calidad del aire a través de fuentes oficiales y, si es desfavorable, limitar las salidas al exterior. En caso de ser necesario salir, se aconseja el uso de mascarillas filtrantes FFP2 o N95, ya que las quirúrgicas o de tela no son efectivas.
La situación actual de incendios forestales en España subraya la necesidad de una respuesta adecuada tanto en la extinción de los fuegos como en la protección de la salud pública, considerando que los efectos del humo pueden durar mucho más allá de la extinción del fuego.
