Este verano, disfrutar de un helado no tiene por qué ser incompatible con una dieta saludable. Según el nutricionista y catedrático de Ciencias del Deporte de la Universidad Europea, Vicente Javier Clemente, es posible incluir este dulce en un plan de alimentación equilibrado, siempre que se consuma ocasionalmente y en porciones moderadas. Sin embargo, hay que tener en cuenta ciertos factores para evitar que estos productos desplacen alimentos más nutritivos, como las frutas frescas.
En declaraciones a Europa Press, Clemente advierte que un consumo excesivo de helados industriales, especialmente los tradicionales, puede llevar a un aumento de peso y alterar la salud metabólica debido a su alto contenido calórico, azúcares simples y grasas saturadas. Por ello, es fundamental adoptar una actitud crítica ante el etiquetado de estos productos, prestando atención a la cantidad de azúcares añadidos y al tipo de grasa que contienen.
Recomendaciones para un helado más saludable
El experto sugiere que, al elegir un helado, es crucial analizar los valores nutricionales, ya que muchas veces se presentan en porciones que no reflejan lo que realmente consume una persona. Esta práctica puede dar una imagen engañosa sobre lo saludables que son ciertos productos. Para evitarlo, propone alternativas más saludables, como preparar helados caseros utilizando fruta congelada y yogur natural sin azúcar, o incluso usar plátano como base para lograr una textura cremosa.
Además, se pueden añadir ingredientes como cacao puro, frutos secos o canela para dar sabor sin recurrir a azúcares añadidos. Un buen helado, según Clemente, es aquel elaborado con ingredientes naturales y que puede aportar beneficios nutricionales como vitaminas, fibra o probióticos.
No obstante, el catedrático advierte que las versiones sin azúcar, aunque pueden ser útiles, deben ser analizadas caso por caso. A veces, estos productos pueden generar una falsa sensación de permiso para abusar, y ciertos edulcorantes pueden causar molestias digestivas si se consumen en exceso.
El equilibrio es clave en la alimentación estival
Durante el verano, también se cometen errores comunes como el abuso de refrescos azucarados, comer en exceso fuera de casa o picar entre horas sin hambre real. Mantener ciertos hábitos saludables, incluso en vacaciones, puede marcar la diferencia en la salud. Clemente recuerda que hay muchas opciones refrescantes y saludables, como gazpachos, batidos naturales, polos caseros, ensaladas frías o infusiones con menta y limón.
A pesar de estas recomendaciones, el experto enfatiza que «el verano también es para disfrutar». La clave no está en prohibir, sino en saber elegir, moderar y disfrutar con conciencia. Si logramos mantener cierto equilibrio, un helado no solo no representa un problema, sino que puede formar parte de un estilo de vida saludable y feliz.