El pasado miércoles, el Congreso de los Diputados llevó a cabo una innovadora sesión práctica de reanimación cardiopulmonar (RCP) destinada a sus miembros, en un esfuerzo por incrementar la concienciación sobre la muerte súbita. Esta actividad, organizada por la Asociación Española contra la Muerte Súbita (AEMS) y la Fundación QUAES, tuvo lugar dos días antes del X Congreso Nacional contra la Muerte Súbita, subrayando la importancia de la prevención y la formación en la lucha contra esta problemática que causa más de 35.000 muertes al año en España.
Durante la formación, los diputados aprendieron a reconocer los signos de una parada cardiaca y a actuar de manera efectiva en los primeros minutos críticos. Según José Durán, presidente de la AEMS, esta jornada representa un cambio significativo en la implicación política hacia la creación de una sociedad cardioprotegida. La tragedia personal de Durán, quien perdió a su hijo de 15 años en un campo de fútbol, motiva su compromiso con esta causa.
Un mensaje de unidad en la lucha contra la muerte súbita
La cardióloga Araceli Boraita, presidenta de la Fundación QUAES, destacó que el gesto institucional de los diputados envía un potente mensaje a la ciudadanía: las manos que legislan pueden salvar vidas. Boraita subrayó la necesidad de una implicación colectiva en la lucha contra la muerte súbita, que debe apoyarse en tres pilares: la detección precoz de cardiopatías, la cardioprotección de espacios públicos y la formación tanto ciudadana como científica.
El Congreso Nacional, que se celebró en CaixaForum Madrid, se ha consolidado como un referente en divulgación científica y sensibilización social tras diez años de trabajo. La colaboración entre médicos, deportistas, asociaciones de pacientes e instituciones ha sido clave para reducir la incidencia de esta patología. Como recordó Durán, esta causa surgió de una tragedia, pero hoy representa la unión de toda una sociedad en torno a un objetivo común.
Avances y retos en cardioprotección
En 2015, España contaba con solo uno o dos desfibriladores por cada 100.000 habitantes, lo que se traduce en aproximadamente 700–800 dispositivos en todo el país. Hoy, esa cifra podría alcanzar los 100.000 desfibriladores, un avance significativo que refleja el compromiso colectivo por construir una sociedad más cardioprotegida. Sin embargo, el doctor Fernández Lozano, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), advirtió que solo un 30 % de la población sabría realizar maniobras de reanimación en caso de emergencia.
Durante el congreso, deportistas como Eduardo Chozas, Jero García y la gimnasta Noa Ros, quien recibió un desfibrilador donado como gesto simbólico, coincidieron en la importancia de crear un entorno seguro en el deporte. La jornada finalizó con un mensaje claro entre todos los asistentes: formar, concienciar y salvar vidas es un esfuerzo compartido que requiere la colaboración de todos.
