El CD Tenerife ha experimentado un drástico cambio en su rendimiento, pasando de un inicio histórico en la Primera Federación a una preocupante crisis de resultados y juego. En las primeras seis jornadas, el equipo acumuló un total de 18 puntos, logrando un pleno de victorias que despertó el entusiasmo entre los aficionados. Sin embargo, esta racha se ha visto interrumpida de manera abrupta, con solo un punto sumado en los últimos tres partidos, lo que ha generado un ambiente de preocupación en el club.
Un inicio fulgurante que se convierte en pesadilla
Durante las primeras jornadas, el Tenerife mostró una solidez imponente, anotando 16 goles y recibiendo únicamente 2. La destacada actuación del guardameta Dani Martín, que no tuvo que recoger el balón de su portería hasta la quinta jornada, fue un reflejo del dominio del equipo. Sin embargo, la situación comenzó a cambiar en el partido contra el Real Madrid Castilla, donde el rendimiento empezó a decaer. El equipo, que había sido imbatible, mostró signos de debilidad que se consolidaron en la derrota contra el Unionistas (0-2) en el Estadio Rodríguez López.
Esa derrota fue el preludio de una crisis más profunda. En el encuentro posterior contra el Barakaldo, el Tenerife se vio sometido, concediendo un total de 13 disparos a puerta. Este dato es alarmante, ya que refleja una falta de control y una fragilidad defensiva que antes no se había visto. El equipo, que había sido una apisonadora en ataque, ahora se encuentra sin marcar en tres partidos consecutivos.
Desconexión y falta de respuesta
La situación en el vestuario también ha generado inquietud. Jugadores clave como Jesús de Miguel han visto su rendimiento caer drásticamente. De marcar siete goles en las primeras jornadas, ha pasado a ser prácticamente invisible en el ataque. La falta de conexión entre los jugadores es evidente y la frustración se ha apoderado de algunos, como Enric Gallego, que ha sido más notorio por sus faltas que por su aportación ofensiva.
Álvaro Cervera, el técnico del equipo, ha comenzado a mostrar signos de preocupación en su gestión. En las primeras semanas, mantuvo una alineación fija, pero ante la falta de respuestas en el campo, ha optado por realizar cambios más frecuentes, incluso antes de que se cumpla la hora de juego. Esta necesidad de modificar el once inicial es un indicativo claro de que la situación no es sostenible en su forma actual.
El Tenerife, que comenzó la temporada como uno de los favoritos, se encuentra ahora en una encrucijada. La afición espera una reacción inmediata para revertir esta situación y recuperar el camino hacia los resultados positivos. La próxima jornada será crucial para el equipo, que debe demostrar que puede superar este bache y retomar la senda del triunfo. La presión está en el aire y el tiempo corre en su contra.
