Cada vez más nutricionistas advierten sobre los efectos negativos de comenzar el día con un simple café acompañado de bollería. Esta combinación, que puede parecer inofensiva, provoca un rápido aumento de los niveles de glucosa en sangre que, tras un breve periodo de energía, se traduce en un fuerte bajón, dejando a la persona con hambre y cansancio antes de media mañana.
Consecuencias del desayuno inadecuado
Según expertos, el problema radica en que el café y la bollería generan un pico rápido de glucosa que induce a una respuesta igual de rápida de insulina. Esta reacción, aunque inmediata, lleva a la somnolencia y a antojos de alimentos poco saludables. Por ello, los nutricionistas insisten en la importancia de un desayuno equilibrado que no solo sacie, sino que también mantenga la energía más allá de las 11:00 horas.
Lo ideal es que el desayuno incluya una combinación de fibra, proteínas y grasas saludables. Por ejemplo, se recomienda consumir fruta entera en lugar de zumos, elegir cereales integrales en lugar de refinados, y optar por fuentes de proteína como huevos, yogur natural sin azúcar o un puñado de frutos secos. Si se incluye pan, debe ser integral y acompañado de opciones de calidad como aceite de oliva, aguacate o queso fresco.
Alternativas saludables para el desayuno
Si tu desayuno habitual consiste únicamente en café, es recomendable añadir algo que realmente te sacie, como un yogur natural con fruta y frutos secos, o una tostada integral con aceite y tomate. Si eres de los que optan por galletas o bollería, una buena alternativa sería sustituirlas por avena con leche o bebida vegetal, acompañada de fruta troceada y semillas.
Para quienes prefieren los cereales, es crucial elegir opciones que sean 100% integrales y sin azúcares añadidos, revisando siempre la lista de ingredientes. Si desayunas fuera de casa, pide pan integral junto a una fuente de proteína, como tortilla, queso fresco o pavo, y acompáñalo con fruta y café o té. Evita siempre mermeladas azucaradas y cremas untables ultraprocesadas.
Por último, si al despertar no tienes hambre, es mejor no forzarse a desayunar. En su lugar, lleva un aperitivo de calidad para media mañana, como fruta y un puñado de frutos secos, que te ayudará a mantener la energía hasta la próxima comida.
