El Real Madrid atraviesa una crisis profunda tras su última derrota frente al Elche, lo que ha llevado a cuestionar la figura de su entrenador, Xabi Alonso. El vestuario se encuentra dividido y muchos jugadores parecen haber perdido la confianza en su propuesta táctica, lo que se evidenció en el desastroso encuentro en el Martínez Valero.
En este partido, el equipo blanco mostró una vulnerabilidad defensiva alarmante, permitiendo 15 disparos al arco, seis de ellos entre los palos. La ausencia de Tchouameni ha dejado al equipo sin un referente defensivo claro, mientras que Eduardo Camavinga no ha logrado liderar tácticamente a sus compañeros. La falta de compromiso en la presión alta de jugadores clave como Kylian Mbappé y Vinícius ha contribuido a esta situación caótica.
Un vestuario descontento
La frustración se palpó en el rostro de Mbappé, quien tras anotar un gol, se le pudo leer en los labios un «Normal», reflejando el sentir de un grupo que no entiende la metodología de su entrenador. La estrategia de Xabi, que buscaba asfixiar al rival desde su área, ha fracasado ante la falta de ejecución de sus jugadores. La decisión de alinear a Alexander-Arnold en el centro del campo, quien perdió 22 balones, ha generado aún más dudas sobre las decisiones tácticas del tolosarra.
Los problemas no se limitan al rendimiento en el campo, ya que la gestión de la plantilla está siendo cuestionada por el presidente Florentino Pérez. La suplencia de Vinícius en varias ocasiones esta temporada ha encendido las alarmas, y se rumorea que Pérez ha expresado su preocupación sobre el cambio en el protagonismo del brasileño. Por su parte, Federico Valverde ha visto cómo su situación ha empeorado con la llegada de Xabi, lo que ha llevado a una creciente inquietud en el entorno del club.
El futuro es incierto
La falta de alternativas atractivas en el mercado para el banquillo ha salvado, por el momento, a Xabi de un despido inminente. Sin embargo, la presión aumenta a medida que se aproxima un partido crucial contra el Olympiacos en Atenas, donde un nuevo revés podría sellar su destino. Los jugadores han dejado de creer en la propuesta del entrenador, y muchos consideran que su modelo de juego es insostenible.
El partido contra el Elche ha dejado al descubierto no solo las debilidades tácticas de Xabi, sino también un vestuario que parece haber perdido la fe en su líder. Si esta tendencia continúa, el futuro inmediato del técnico podría estar en grave peligro, haciendo eco de la situación que vivió anteriormente Carlo Ancelotti. La presión está sobre Xabi, pero también sobre los futbolistas, que deben asumir su parte de responsabilidad en este desplome del equipo.
