El regreso de vacaciones trae consigo un problema habitual: la aparición de manchas en la piel, especialmente en el rostro. Estas marcas, conocidas como léntigos solares y melasma, son consecuencia de la exposición solar acumulada y pueden reaparecer incluso después de haber sido tratadas. Según el doctor José Luis Martínez-Amo, dermatólogo del GEDET, las léntigos solares son resultado de años de exposición al sol y, aunque se eliminen mediante tratamientos como el láser o peelings, los melanocitos tienen «memoria» del daño solar, lo que facilita su reaparición.
Las léntigos solares se caracterizan por pequeñas manchas redondas y marrones que suelen aparecer en la cara, el escote, los hombros y el dorso de las manos. Por otro lado, el melasma, común en mujeres de entre 20 y 40 años, se manifiesta como manchas marrones grandes y difusas, a veces con un tono rojizo, especialmente en la frente, mejillas y labio superior. Aunque no se conoce la causa exacta de su aparición, factores como la hipersensibilidad a las hormonas femeninas y la inflamación crónica pueden contribuir a su desarrollo.
Tratamientos para eliminar las manchas
Para combatir estas manchas, los dermatólogos recomiendan una combinación de tratamientos y productos que incluyen retinoides, vitamina C y alfa-hidroxiácidos (AHA). Los retinoides son efectivos para estimular la renovación celular y mejorar la penetración de otros ingredientes despigmentantes. Se sugiere utilizarlos por la noche, aplicando una concentración de entre el 0,3% y el 1% en cosméticos, y 0,025% y 0,05% en fórmulas médicas, durante dos o tres veces a la semana para obtener resultados visibles entre las 8 y 12 semanas.
La vitamina C, un potente antioxidante, debe estar presente en concentraciones del 10-20% en productos cosméticos y se recomienda aplicar por la mañana antes de la fotoprotección solar. Su uso regular puede ayudar a que la piel luzca más uniforme y luminosa en tan solo 4 a 6 semanas.
Por otro lado, los AHA, como el ácido glicólico, láctico y salicílico, exfolian suavemente y facilitan la penetración de otros activos. Deben aplicarse en concentraciones de entre el 5% y el 10% y se aconseja su uso en forma de sérum o crema por la noche, con resultados visibles en 4 a 8 semanas.
Intervenciones más avanzadas
Para los casos más severos de melasma, los dermatólogos pueden prescribir fórmulas magistrales que contengan hidroquinona, ácido kójico, antiinflamatorios y retinoides. La hidroquinona, que inhibe la enzima tirosinasa responsable de la producción de melanina, debe tener una concentración del 2-4% y utilizarse por la noche durante períodos limitados de 2 a 4 meses. Los resultados suelen ser visibles entre las 6 y 8 semanas.
El ácido tranexámico, utilizado por vía oral, se está convirtiendo en un tratamiento clave para el melasma resistente, logrando una atenuación significativa en 2 a 3 meses. Los expertos señalan que las manchas pueden eliminarse completamente con tratamientos luminosos, aunque es común que reaparezcan con el tiempo debido al sol acumulado desde la infancia.
Las opciones de tratamiento incluyen la Luz Pulsada Intensa (IPL), que fragmenta el pigmento marrón en 1 a 4 sesiones, y diversos tipos de láser, como el de Neodimio Yag Qswitch y el láser de Picosegundos. Estos procedimientos son más eficaces que la IPL y requieren entre 1 y 3 sesiones, dependiendo del tipo de mancha. Sin embargo, es crucial que la piel no esté bronceada en el momento del tratamiento y mantener una estricta fotoprotección posterior para evitar la reaparición de las manchas.
En conclusión, la combinación de cuidados dermatológicos y protección solar adecuada puede marcar la diferencia en el tratamiento de las manchas solares. Con un seguimiento adecuado y el uso de tratamientos específicos, es posible mantener un tono de piel homogéneo y saludable a lo largo del tiempo.
