Llegar a casa tras una larga jornada laboral y sentirse exhausto es una experiencia común, especialmente durante el calor del verano. Sin embargo, la fatiga que persiste más allá de lo habitual puede ser un indicativo de problemas de salud más serios. Según diversos especialistas médicos, si el cansancio se mantiene durante más de dos semanas, es crucial consultar a un médico o a un farmacéutico, ya que podría señalar condiciones subyacentes que necesitan tratamiento.
Signos de alerta ante la fatiga crónica
Un reciente informe médico ha destacado tres signos que deben activar las alarmas en casos de fatiga persistente. Estos incluyen la presencia de fiebre leve, dificultad respiratoria o pérdida de apetito. Thorrun Govind, farmacéutica y ex presidenta de la Real Sociedad Farmacéutica de Reino Unido, subraya que despertarse agotado a pesar de haber dormido adecuadamente es otro motivo de preocupación.
Las causas más comunes de este tipo de fatiga incluyen la anemia por deficiencia de hierro, que puede diagnosticarse con un simple análisis de sangre y tratarse con suplementos. Además, la falta de vitamina B12 y folato, así como condiciones como la diabetes y el hipotiroidismo, están asociadas frecuentemente con la fatiga crónica. Esta última condición, que se produce cuando la producción de hormonas tiroideas es insuficiente, puede llevar a una sensación constante de cansancio debido a un metabolismo ralentizado.
Fatiga y posibles infecciones
Cuando el agotamiento se presenta junto con fiebre leve o disminución del apetito, los expertos advierten sobre la posibilidad de infecciones respiratorias o de una mononucleosis incipiente. Por otro lado, la doctora Natasha Yates, profesora adjunta de medicina general en la Universidad Bond, indica que la depresión puede manifestarse a menudo como cansancio, sin que el paciente sienta tristeza o malestar. «Esto es preocupante porque estos pacientes pueden pasar desapercibidos y no darse cuenta de que en realidad se trata de depresión», afirma.
Asimismo, la dificultad para respirar y la pérdida de apetito asociadas a la fatiga podrían señalar problemas cardíacos como la miocardiopatía. Esta enfermedad provoca el engrosamiento de las paredes del corazón, especialmente en el ventrículo izquierdo, lo que reduce la eficacia del bombeo sanguíneo. Robert Hall, enfermero cardíaco y director médico de Cardiomyopathy UK, explica que «como el músculo cardíaco no funciona correctamente, hay menos oxígeno circulando por el cuerpo, razón por la cual la afección causa tanto cansancio como sensación de fatiga, especialmente después de hacer ejercicio».
La importancia del sueño y hábitos saludables
En casos menos frecuentes, el cansancio inexplicable o acompañado de pérdida de apetito podría ser indicativo de algunos tipos de cáncer, según advierten los especialistas. Sin embargo, muchas veces la solución puede ser tan sencilla como ajustar los hábitos de sueño. Las investigaciones han demostrado que la falta de descanso adecuado está vinculada a problemas de salud graves, entre ellos el cáncer, los accidentes cerebrovasculares y la infertilidad. Por ello, mantener una rutina de sueño saludable es fundamental para el bienestar general.
Es vital prestar atención a los signos de fatiga y no subestimar su impacto en la salud, ya que puede ser un indicador de condiciones que requieren atención profesional.
