viernes, diciembre 12, 2025

Besar puede transmitir meningitis y otras infecciones peligrosas

Un beso cotidiano puede ser un vehículo para virus y bacterias peligrosas si no se toman precauciones.
por 12 septiembre, 2025
Lectura de 3 min

Un gesto tan cotidiano como besar puede ser una vía de entrada para diversos virus, bacterias y hasta parásitos si no se toman las debidas precauciones. Aunque un beso es a menudo una expresión de cariño, también puede convertirse en un medio de transmisión de infecciones, algunas de las cuales pueden ser graves. Más allá del conocido herpes y la mononucleosis infecciosa —denominada popularmente como la «enfermedad del beso»—, existen múltiples agentes patógenos que pueden aprovechar este breve contacto para infectar nuestro organismo.

La vía oral, frecuentemente subestimada como ruta de transmisión, puede ser más relevante de lo que se piensa. Según Pilar Vázquez, especialista del servicio de Medicina Interna del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), virus como los de las hepatitis, el citomegalovirus y los enterovirus, así como bacterias como el Streptococcus pyogenes —causante de faringitis—, pueden transmitirse a través de la saliva. «Y todo esto depende también de la existencia de heridas en la boca o lesiones, porque eso facilita la transmisión», añade Vázquez.

Infecciones graves transmitidas por el contacto cercano

La meningitis es otro de los peligros asociados a este tipo de contacto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las bacterias responsables, como el meningococo y el neumococo, se alojan en la nariz y la garganta de los portadores, transmitiéndose a través de gotículas respiratorias o secreciones. Por lo tanto, el contacto cercano, como un beso, puede ser una forma potencial de propagación.

Entre las infecciones también se encuentra la gingivitis, que es una inflamación de las encías provocada por la acumulación de bacterias y que puede transmitirse mediante el intercambio de saliva. Aunque es reversible en sus fases iniciales, si no se trata puede derivar en periodontitis, lo que podría resultar en la pérdida de piezas dentales. Las encías rojas, inflamadas o con sangrado son sus señales más comunes.

Vázquez enfatiza además la posibilidad de contraer infecciones de transmisión sexual a través de esta vía. «En la consulta estamos viendo muchas infecciones que, dependiendo de las prácticas sexuales, se pueden transmitir, como la gonorrea, sífilis, hepatitis, o incluso el VIH», informa la doctora. Aunque pueda parecer improbable, los parásitos también pueden aprovechar un beso para cambiar de huésped. «No solo se transmiten por besos; también puede ocurrir al compartir utensilios o comida previamente masticada», añade.

Higiene y precauciones para evitar contagios

La clave está en el intercambio de fluidos. El estado de la mucosa bucal es un factor determinante en la transmisión de estas infecciones. «Si tienes una boca limpia y cuidada, tienes menos posibilidades de infectarte y de transmitir la infección a otras personas. La higiene es fundamental», recalca Vázquez. En contextos donde la higiene bucal es deficiente, como en algunos países en vías de desarrollo, la prevalencia de infecciones como el virus de Epstein-Barr o el herpes es significativamente mayor.

El tabaquismo también puede ser un factor que predisponga a la transmisión de infecciones, ya que provoca sequedad en las mucosas, entre otros efectos. Además, el tipo de beso influye en el riesgo de contagio: «La transmisión depende de la cantidad de gérmenes que tenga la persona y de la cantidad de saliva con la que se entre en contacto», explica Vázquez.

Una de las realidades más inquietantes es que muchas de estas infecciones pueden ser asintomáticas. «Las detectamos en cribados, de personas asintomáticas y sin lesiones en la cavidad oral, donde encontramos sobre todo gérmenes causantes de infecciones de transmisión sexual. Por lo tanto, estas infecciones pueden cursar sin síntomas ni lesiones aparentes en la boca», advierte la internista.

Cuando sí hay síntomas, pueden actuar como señales de alerta para consultar, pero en muchos casos el patógeno puede permanecer oculto. «El problema es que esas infecciones quedan ahí larvadas; en ocasiones el sistema inmune las elimina, pero en otras no, y eso puede dar lugar a problemas futuros», agrega Vázquez.

Como explica la experta, resulta complicado comparar el riesgo de contagio entre diferentes vías, ya que depende de varios factores, incluyendo la cantidad de virus o bacterias presentes, la existencia de lesiones en la otra persona y la susceptibilidad individual. También es importante considerar que los factores genéticos intervienen en este proceso, lo que hace que predecir el resultado sea casi imposible.

En este contexto, la responsabilidad personal y la prevención son fundamentales. «Si una persona sabe que está infectada, no debería tener contacto estrecho con otras personas mientras dure la infección», recomienda Vázquez. En el caso del sexo oral, existen métodos de protección menos conocidos y utilizados, como las láminas de látex o poliuretano, que actúan como barrera. También se destaca la importancia del uso de mascarilla en contextos sanitarios o si se presentan síntomas de infecciones respiratorias.

En resumen, para reducir las posibilidades de contagiarse de otra persona por vía boca a boca, es crucial mantener una buena higiene bucal y prestar atención al estado de la mucosa: si la otra persona presenta heridas, aftas, fiebre o síntomas respiratorios, lo más prudente es evitar los besos. Asimismo, es recomendable ser cuidadoso al compartir vasos, cubiertos o botellas, y utilizar métodos de barrera durante el sexo oral. Aunque no se debe caer en alarmismos, conocer los riesgos asociados puede marcar la diferencia entre un gesto de afecto y una puerta de entrada para infecciones inesperadas.

Redacción

Equipo editorial especializado en actualidad ibérica, economía y política. Información rigurosa y análisis profundo de España y Portugal las 24 horas del día.

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