La dispensación de antibióticos en Castilla y León ha experimentado un notable aumento, alcanzando en 2024 un total de 1 776 638 envases, lo que representa un incremento de alrededor de 67 000 envases en comparación con el año anterior, y más de medio millón más que en 2021. Estos datos han sido proporcionados por la Consejería de Sanidad y son reflejo de una tendencia que se ha intensificado tras la pandemia.
Este crecimiento se ha dado en las nueve provincias de la comunidad, destacando Valladolid con un aumento del 7,37%, pasando de 314 106 envases en 2023 a 337 245 en 2024. Sin embargo, Soria ha sido la única provincia que ha registrado un leve descenso del 0,91%, reduciendo su dispensación de 67 769 a 67 149 envases.
Los riesgos del uso excesivo de antibióticos
Este repunte en el uso de antibióticos en Castilla y León se puede extrapolar a nivel nacional, donde se ha observado un «excesivo o inapropiado» uso de estos medicamentos. Según la Organización Mundial de la Salud, el aumento en la resistencia antimicrobiana es una de las principales amenazas para la salud pública global. En España, aproximadamente 2 800 personas mueren cada año a causa de infecciones provocadas por bacterias resistentes, mientras que en Europa esta cifra asciende a 25 000 muertes anuales.
Las proyecciones son alarmantes, ya que se estima que para 2050, las resistencias antimicrobianas podrían causar más fallecimientos que el cáncer. Este problema se ve agravado por varias prácticas, como el uso de antibióticos para tratar infecciones virales como gripes o resfriados, la automedicación sin receta médica, la interrupción prematura de tratamientos y el incumplimiento de las pautas prescritas por los profesionales de salud.
Asimismo, el uso veterinario de antibióticos en la ganadería intensiva también contribuye a la aparición de resistencias, lo que hace aún más urgente la necesidad de regular su uso. La reciente alza en Castilla y León podría estar relacionada con el aumento de las consultas presenciales, la relajación de las medidas de prevención y el incremento de las infecciones respiratorias posteriores al confinamiento.
La necesidad de una regulación más estricta
Los expertos en salud pública advierten que, aunque los antibióticos son herramientas fundamentales para tratar infecciones bacterianas, su uso debe estar estrictamente regulado. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha enfatizado la importancia de concienciar a la población sobre el uso responsable de estos fármacos, así como fomentar la consulta médica adecuada antes de iniciar cualquier tratamiento.
El panorama actual exige una reflexión profunda sobre las prácticas de prescripción y uso de antibióticos, así como un compromiso conjunto entre profesionales de la salud, autoridades sanitarias y la ciudadanía para combatir esta creciente amenaza a la salud pública.
