En los últimos cinco años, los casos de cáncer de piel han aumentado un 40% en Canarias, según las últimas estadísticas de la Gerencia de Atención Primaria en Tenerife. Este dato alarmante refleja la creciente preocupación entre meteorólogos y dermatólogos, quienes están viendo un incremento notable en las consultas relacionadas con esta patología, que representa casi el 10% del total de tumores diagnosticados en la región.
La Aemet ha confirmado que, durante el verano, Canarias es la región de España con los índices más altos de radiación ultravioleta, lo que ha llevado a emitir avisos por «riesgo extremo». Durante este periodo, donde las actividades al aire libre son más frecuentes debido a las vacaciones, la radiación solar incide más perpendicularmente sobre la Tierra, aumentando así el riesgo de sufrir quemaduras solares y, a largo plazo, cáncer de piel.
Tipos de cáncer de piel y su tratamiento
Los diagnósticos más comunes son los carcinomas basocelular y escamoso, que generalmente se pueden tratar con éxito. Sin embargo, el melanoma, aunque menos frecuente, es el más peligroso debido a su capacidad para causar metástasis. Si se detecta en fases iniciales, las posibilidades de curación superan el 90%. La extirpación quirúrgica sigue siendo el principal método terapéutico, aunque la dermatología oncológica avanza constantemente, incorporando tratamientos innovadores como la inmunoterapia y las terapias dirigidas.
La doctora Sara Dorta Alom subraya la importancia del diagnóstico precoz, recomendando realizar autoexploraciones al menos un par de veces al año. Es esencial prestar atención a lesiones nuevas que presenten características inusuales, como cambios de forma, color o tamaño, especialmente en lunares que sean negros, rojizos o de múltiples colores. También deben revisarse lesiones que tiendan a sangrar o causar dolor.
Prevención y concienciación
Las autoridades sanitarias han señalado que el daño solar es acumulativo. A la conocida frase «la piel tiene memoria», se le debería añadir «y es rencorosa», dado que la exposición excesiva al sol durante la niñez o adolescencia incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de piel en años posteriores. Afortunadamente, la cultura preventiva ha evolucionado, alejándose de las imprudencias que se observaban en las décadas de los 80 y 90, cuando muchos buscaban un bronceado extremo con aceites bronceadores.
Para prevenir el cáncer de piel, los especialistas aconsejan limitar las exposiciones solares, evitando las horas de mayor radiación, que en verano son entre las 11.00 y las 17.00 horas. Esto es especialmente importante para niños, ancianos y personas con piel y ojos claros. Además, se deben utilizar prendas protectoras, como gorras, ropa que cubra brazos y piernas, y gafas de sol homologadas, así como aplicar una crema de protección solar con un factor mínimo de 50, renovándola cada dos horas.
El Plan de Actuaciones Preventivas por Radiación Ultravioleta del Gobierno de Canarias enfatiza que la protección solar es una responsabilidad que debe mantenerse durante todo el año y no solo en verano o en la playa. Es esencial recordar que, incluso en días nublados, los rayos solares pueden filtrarse a través de las nubes, incrementando el riesgo de daño cutáneo.
Después de un mes de verano y en plena canícula, el semáforo del riesgo solar sigue en rojo, un recordatorio de la necesidad de cuidar nuestra piel frente a la exposición solar.
