Durante las obras de construcción de la planta fotovoltaica Caparacena, situada en Chimeneas, se ha hecho un descubrimiento arqueológico de gran relevancia: una necropólis ibérica datada en el siglo VI antes de Cristo. Este hallazgo ha sido destacado por el profesor Andrés María Adroher, catedrático del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, quien ha afirmado que «en Granada no hay nada igual, es un hallazgo único».
La planta solar, propiedad de la compañía italiana Plenitude, se extiende a lo largo de 264 hectáreas entre Chimeneas y Ventas de Huelma y está compuesta por tres parques fotovoltaicos de 50 MW cada uno. Con un total de 274.000 módulos bifaciales, la instalación tiene una capacidad de 150 MWp y se espera que genere alrededor de 320 GWh de electricidad al año.
Un descubrimiento que une pasado y presente
El hallazgo de la necropólis se produjo en el marco de las medidas de protección ambiental y conservación del suelo exigidas durante la autorización del proyecto. En abril de 2024, los trabajos de seguimiento arqueológico llevaron al descubrimiento de esta necrópolis, donde se han encontrado valiosos restos, incluyendo cerámicas funerarias y ajuares de la época. Según Mariangiola Mollicone, directora de Renovables en Europa Occidental de Plenitude, «la puesta en marcha de Caparacena no solo refuerza nuestro compromiso con Andalucía, sino que también celebra este descubrimiento histórico».
La excavación ha sido financiada por Plenitude y llevada a cabo por una empresa especializada de Málaga, lo que ha permitido que los hallazgos sean conservados en el Museo Arqueológico de Granada. Este descubrimiento abre una nueva etapa de investigación que, según el profesor Adroher, permitirá estudiar cómo se produjo la penetración de la cultura fenicia hacia el interior, revelando una ruta de comunicación desconocida entre la Costa de Granada y la Vega.
Un legado para la investigación futura
La necropólis, que cuenta con diez enterramientos, es considerada especialmente valiosa por los investigadores. Este material encontrado proporciona una vía única para estudiar los procesos de cambios ideológicos en un periodo de transición entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. A partir de ahora, se inicia una fase emocionante de análisis y investigación por parte de los expertos de la Universidad de Granada, quienes se sumergirán en el estudio de estos hallazgos.
La importancia de este descubrimiento no solo reside en su valor arqueológico, sino también en cómo conecta el presente con el pasado, recordándonos la riqueza cultural de Andalucía y la necesidad de integrar el desarrollo sostenible con la preservación de nuestro patrimonio histórico.
