La Guardia Civil de Castilla y León ha llevado a cabo la detención de tres individuos implicados en delitos de incendio forestal, en una serie de incidentes que han devastado más de 5.000 hectáreas en la región. Dos de los arrestados enfrentan cargos por imprudencia, mientras que uno está acusado de haber provocado un fuego intencionado.
En la provincia de Zamora, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) detuvo a un hombre por iniciar un incendio en Puercas de Aliste-Gallegos del Río, que afectó a unas 3.000 hectáreas de áreas de alto valor ecológico. Este fuego dañó tanto la masa forestal como terrenos agrícolas. En León, un hombre fue investigado por un incendio imprudente en Filiel-Lucillo, que destruyó dos hectáreas, aunque las llamas fueron controladas antes de alcanzar viviendas gracias a la rápida intervención de los equipos de extinción.
La situación en Ávila fue aún más dramática, donde el Seprona detuvo a un hombre el 12 de julio de 2025 por un incendio intencionado que arrasó 2.200 hectáreas en Cuevas del Valle, Mombeltrán y El Arenal, lo que obligó a movilizar amplios medios aéreos. A lo largo de este año, la Guardia Civil ha iniciado 88 investigaciones relacionadas con incendios forestales, resultando en 63 diligencias penales y la detención de tres personas.
La colaboración ciudadana, clave en la investigación
Las autoridades han expresado su agradecimiento por la colaboración ciudadana en la aportación de datos que han facilitado la identificación de los presuntos responsables. En muchos casos, la información proporcionada por los vecinos ha sido fundamental para localizar a los implicados en las primeras fases de la investigación. Los incendios han dejado un saldo devastador, con más de 5.000 hectáreas arrasadas en diversas provincias de Castilla y León.
Las consecuencias de estos incendios no solo son ambientales, sino también económicas y de seguridad ciudadana. Las imprudencias y los actos intencionados pueden acarrear severas sanciones y penas de prisión, según la legislación vigente. Las altas temperaturas y la sequía que afectan a la región han incrementado el riesgo de propagación de incendios este verano, lo que ha llevado a las autoridades a intensificar la vigilancia en zonas de riesgo.
Medios de extinción movilizados
El despliegue de medios aéreos, brigadas forestales y la Unidad Militar de Emergencias (UME) han sido esenciales para contener las llamas en las últimas semanas. Además, vecinos y voluntarios han colaborado con Protección Civil en labores de vigilancia y apoyo a los equipos de extinción. La Guardia Civil mantiene activa la vigilancia en las áreas más afectadas y ha reforzado los operativos ante la persistencia de las altas temperaturas.
El objetivo de estas acciones es prevenir nuevos focos de incendio y reducir el impacto de las llamas, protegiendo así el patrimonio natural de la región. Las autoridades insisten en la importancia de la prevención y la responsabilidad ciudadana en la lucha contra los incendios forestales.