El programa ‘Herrera en COPE’ ha puesto en el centro de su sección ‘La Hora de los Fósforos’ las ideas más creativas y peculiares para el amigo invisible. Entre las diversas anécdotas compartidas por los oyentes, destaca la historia de Carolina, quien ha decidido regalar a sus amigos botes de cristal con aire de Asturias embotellado. Esta original propuesta ha captado la atención no solo por su singularidad, sino también por su coste cero.
Una idea original y ‘low cost’
Carolina, que pasa la mitad del año en Asturias y actualmente reside en Madrid, ha compartido en antena cómo ha preparado estos pequeños botes. «He puesto aire de Asturias, y eso es lo que les voy a regalar», ha comentado divertida. Este regalo, además de ser económico, refleja el cariño que siente por su tierra natal.
Otra oyente, Carmen, ha optado por un enfoque ingenioso y de reciclaje. Al no saber qué regalar, buscó en su casa y creó un ‘kit de supervivencia’ con una navaja de propaganda, dos bombones y una peladilla. La originalidad de su detalle provocó risas entre sus amigos, mostrando que a veces lo más sencillo puede ser lo más gracioso.
Regalos surrealistas y anécdotas divertidas
El regalo más surrealista de la jornada lo recibió Juan Carlos, quien se encontró con un caracol envuelto como si fuera un regalo convencional. Aunque le gustan los caracoles, él mismo admitió que «sería lo último que te imaginarías que te iban a regalar».
Las anécdotas graciosas no se detienen ahí. Sebas recordó cómo, en su último año de instituto, le obsequió a una compañera un oso de peluche de un metro y medio, mientras que él recibió a cambio una vaca de plástico y un sujetador de copas de pico, en un intento por ridiculizarlo.
Por su parte, Julia compartió una curiosa tradición de su grupo de amigas, donde se lleva a cabo un amigo invisible conocido como ‘el encajetador’. En este juego, los participantes regalan objetos que ya tienen en casa y que no les gustan. Julia llegó a regalar un faisán disecado que había en casa de su suegra, mientras que a ella le tocó un puro de metro y medio de recuerdo de Canarias.
La experiencia de Paqui llevó la broma al límite, ya que en una empresa donde trabajó, alguien obsequió a una compañera con problemas de higiene un completo kit de aseo que incluía estropajo, detergente y colonia. «Aquello ya más que broma fue mal gusto», sentenció Paqui.
Finalmente, María describió una versión más competitiva del amigo invisible en su grupo. En esta modalidad, los regalos se extraen de una bolsa negra y los participantes pueden elegir entre abrir un paquete nuevo o robar el regalo que alguien ya ha destapado. Cada obsequio puede ser robado un máximo de tres veces, lo que genera una divertida «guerra» por los mejores regalos.
Estas historias demuestran que el amigo invisible puede ser una ocasión para la risa, la creatividad y, sobre todo, la amistad, convirtiendo un simple intercambio de regalos en un evento memorable.
