La reciente contaminación marina en Gran Canaria, provocada por un vertido de materia orgánica en descomposición, ha llevado al cierre de varias playas, siendo las más afectadas Melenara, Salinetas y Aguadulce. Aunque algunas zonas como Vargas, San Agustín y Las Burras han recuperado la normalidad, el Gobierno de Canarias ha activado el Plan Territorial de Emergencia (Plateca) debido al riesgo ambiental que esta situación representa en seis municipios.
Situación actual de las playas afectadas
En el caso de la playa de Melenara, prevista para reabrirse el 16 de octubre de 2023, el Ayuntamiento de Telde ha decidido mantener su cierre tras detectar restos orgánicos flotando en la superficie, siguiendo las recomendaciones de Salud Pública. Aunque la calidad del agua muestra una evolución “favorable”, las garantías sanitarias necesarias aún no se cumplen.
Similar es la situación en Salinetas y Aguadulce, donde, a pesar de las labores de limpieza que han mejorado el estado general de estas playas, se mantienen rastros visibles de la masa viscosa proveniente del vertido. Por ello, la bandera roja sigue ondeando como medida preventiva, indicando que el baño sigue prohibido en estas zonas.
Impacto en el litoral y acciones de las autoridades
Según informes de la Dirección General de Emergencias, la contaminación ha afectado a los municipios de Telde, Aguimes, Ingenio, Santa Lucía de Tirajana, San Bartolomé de Tirajana y Mogán. En la playa de Rocas Negras o El Yodo, también se ha cerrado el acceso debido a la presencia de restos orgánicos y pienso de animales. Las autoridades continúan evaluando la evolución del vertido y el impacto en el medioambiente.
La empresa Aquanaria, responsable de las instalaciones mar adentro frente a la costa de Telde, se encuentra bajo investigación y ha solicitado los resultados de análisis independientes. Mientras tanto, Salvamento Marítimo está monitorizando la presencia de manchas en el litoral de Mogán, y se esperan los resultados de las investigaciones iniciadas por el Seprona y la Guardia Civil.
Las autoridades subrayan la importancia de garantizar la seguridad y la calidad del agua, y aseguran que la reapertura de las playas dependerá de la evolución de los parámetros ambientales y de los informes que emitan los laboratorios acreditados. La situación sigue evolucionando y se mantienen los esfuerzos para restablecer la normalidad en el litoral canario.
