Las políticas de inmigración implementadas durante la administración de Donald Trump están generando inquietud entre los turistas y ciudadanos extranjeros que planean visitar Estados Unidos. Historias de parejas y familias que han tenido que cancelar o modificar sus planes de viaje debido a la incertidumbre en las aduanas se están volviendo cada vez más comunes.
Un ejemplo significativo es el de Tori, una estadounidense que junto a su marido mexicano había planeado celebrar su boda en México este otoño. Sin embargo, una condena por conducción temeraria de hace diez años ha llevado a la pareja a posponer el evento, ante el temor de que su marido no pueda regresar a Estados Unidos tras el viaje. Tori, que ha estado investigando sobre los problemas migratorios, comenta que ha leído numerosos relatos de personas con green cards que han sido detenidas, llevando a un clima de incertidumbre y miedo.
Impacto en el sector turístico
Las cifras indican que las restricciones migratorias están afectando negativamente al sector turístico estadounidense. Según Katelyn Hufe Karahan, abogada de inmigración, la gran mayoría de sus clientes sienten una profunda preocupación por viajar, lo que está alterando planes de vida importantes. «Cualquier cosa horrible puede suceder y nada es realmente sorprendente», señala, reflejando la ansiedad que siente la población ante un marco legal cambiante y poco predecible.
Los temores no solo afectan a los viajeros extranjeros, sino también a los estadounidenses que desean salir del país. La situación es tan tensa que algunos, como Charlotte Eaton, optan por renunciar a oportunidades laborales en el extranjero por miedo a no poder regresar. Eaton fue invitada a un festival de cine en Miami, pero decidió cancelar su viaje tras reflexionar sobre las recientes detenciones de turistas.
Un clima de incertidumbre
El impacto de estas políticas también se siente entre los residentes permanentes. Gadi Zohar, otro abogado de inmigración, explica que muchos de sus clientes se sienten inseguros y evita que viajen si no es absolutamente necesario. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) ha incrementado su escrutinio, lo que ha llevado a que incluso personas con visados y green cards se sientan inseguras al cruzar la frontera.
La experiencia de José, un residente de Estados Unidos desde los nueve años, ilustra esta preocupación. A pesar de haber viajado sin problemas durante años, su abogado le ha aconsejado no salir del país debido a su pasado penal, afectando los planes familiares y obligando a cancelar celebraciones importantes.
Las vacaciones, que deberían ser momentos de disfrute, se han convertido en motivo de estrés y preocupación. Para muchos, el miedo a no poder regresar a casa o a enfrentar complicaciones en las aduanas está cambiando la forma en que planean sus viajes. Este clima de incertidumbre no solo afecta a los turistas, sino que también tiene un impacto económico negativo en los sectores que dependen de la llegada de visitantes internacionales.
La situación actual pone de manifiesto que las políticas de inmigración están transformando la experiencia de viajar a Estados Unidos, generando un ambiente donde el temor y la ansiedad predominan sobre la diversión y la exploración. Para quienes desean visitar o regresar a este país, la pregunta sigue siendo: ¿vale la pena arriesgarse?