La revista Capital conmemora su 25 aniversario, un hito que no solo celebra su trayectoria, sino que también invita a reflexionar sobre momentos clave en la historia de España. Desde su nacimiento, este medio ha sido testigo de transformaciones profundas que han moldeado la realidad española, desde la llegada del euro hasta los desafíos contemporáneos.
El recorrido de estos 25 años nos lleva a recordar un periodo en el que España despertaba con el euro entre los dedos y los Juegos Olímpicos aún frescos en la memoria colectiva. La sociedad civil empezaba a reclamar su voz en un contexto donde los jóvenes creían que la educación garantizaba un futuro próspero, y los abuelos aún estaban en pie, aportando su sabiduría a una generación en crecimiento.
Desafíos y lecciones aprendidas
No obstante, el camino no ha sido fácil. La celebración de este aniversario también evoca duros recuerdos, como el asesinato de Miguel Ángel Blanco hace 28 años, que marcó un antes y un después en la conciencia social. Desde entonces, España ha enfrentado crisis económicas, escándalos de corrupción y una pandemia global que nos obligó a recluirnos, dejando al descubierto nuestras vulnerabilidades.
La historia reciente nos ha enseñado que resistir no equivale a avanzar. Ser un país moderno no se mide solo por el PIB, sino por cómo se trata a los más mayores, por cómo se escucha a los jóvenes y por cómo se garantiza la dignidad humana en todos sus frentes. A pesar de las heridas, España ha sabido reponerse y, más importante aún, ha aprendido a resistir.
Un llamado a la lucidez y el compromiso
En este presente desconcertante, donde muchos españoles se sienten desorientados y la crispación se disfraza de debate público, el aniversario de Capital no puede ser solo una celebración. Es un llamado a la lucidez y al compromiso compartido, un recordatorio de que no hay democracia sana sin una prensa libre y sin un pensamiento crítico que alimente el diálogo.
Como bien señala la periodista Ece Temelkuran, la escritura y la denuncia son actos de amor hacia lo común. En tiempos de incertidumbre, necesitamos humildad para reconocer nuestras fragilidades y valentía para seguir adelante, porque la historia no se detiene.
En este contexto, es esencial contar con una prensa que no se amedrente, que no se doble ante las presiones y que actúe como lo que realmente es: el cuarto poder. Agradecemos a Capital por estos años de servicio, criterio y profesionalidad, y a toda la prensa libre que se compromete, incomoda y construye, recordándonos que aún hay esperanza y que siempre podemos encontrar motivos para seguir adelante.