La huelga de los trabajadores de la empresa de transporte TCC en Navarra lleva ya ocho meses, afectando significativamente a aproximadamente 33.200 usuarios de villavesas, quienes sufren las consecuencias de un servicio público deteriorado. Esta situación ha generado un aumento del agobio en los desplazamientos, especialmente durante las horas punta, donde cientos de personas se ven obligadas a viajar en condiciones precarias.
La crisis del transporte público no es nueva, ya que en 2009, TCC logró la concesión del servicio tras ofrecer una rebaja del 12% en el precio de licitación. Aunque esta medida parecía beneficiosa en un principio, los sindicatos advirtieron que la gestión del servicio sería complicada debido a los bajos precios. La crisis económica que siguió golpeó duramente a la empresa, lo que llevó a los trabajadores a aceptar una rebaja salarial en 2012 de la que aún no se han recuperado.
Condiciones laborales críticas
La situación se ha agravado con el paso del tiempo. Actualmente, los trabajadores carecen de un convenio desde que finalizara el anterior hace ya más de dos años. Además, las condiciones de trabajo se han vuelto cada vez más duras, especialmente durante la noche, donde se registran agresiones y enfrentamientos con conductores irresponsables. Esta situación ha llevado a un 79% de la flota a no pasar la ITV, lo que pone en riesgo la seguridad de los usuarios.
La huelga ha dejado en evidencia la falta de atención por parte de las instituciones responsables, ya que muchos de los usuarios afectados son mujeres y estudiantes, mientras que los hombres que utilizan el servicio son en su mayoría de origen extranjero. Este perfil demográfico revela una dependencia del transporte público que muchos otros parecen ignorar, ya que muchos ciudadanos de la comarca prefieren otros medios de transporte, como el coche o la bicicleta.
Un llamado a la negociación
El clima de tensión entre la plantilla y la dirección de TCC es palpable, y aunque existe un contrato renovado que se extiende hasta 2033, es imperativo que se alcance un acuerdo que beneficie a ambas partes. Los usuarios, que dependen de este servicio, hacen un llamado a la empresa, al comité de trabajadores, a la Mancomunidad y al Gobierno de Navarra para que se sienten a negociar y encuentren una solución a esta crisis de transporte que afecta a miles de ciudadanos.
La continuidad de la huelga no solo repercute en la vida cotidiana de los usuarios, sino que también pone en jaque la estabilidad laboral de los trabajadores de TCC. La colaboración y el diálogo son esenciales para resolver esta situación que ya se ha prolongado demasiado tiempo, dejando a muchos sin una opción viable para desplazarse.
