La situación de Eman, una estudiante de Logroño, ha puesto de manifiesto un debate sobre la libertad religiosa y la expresión personal en los centros educativos de España. Eman, alumna del IES Práxedes Mateo Sagasta, ha sido expulsada por llevar un velo islámico, lo que ha desencadenado una serie de reacciones y movilizaciones en defensa de su derecho a decidir.
Hoy, Eman se ha presentado en la Consejería de Educación para entregar un total de 11.227 firmas recogidas a través de la plataforma Change.org, un gesto que simboliza su lucha por poder asistir a clase con el velo. «Dicen que llevamos el velo obligadas, pero si me haces quitármelo también es una obligación», ha declarado, visiblemente emocionada y sosteniendo la caja con las firmas mientras se dirigía a los medios de comunicación.
Un derecho amparado por la Constitución
La joven, de diecisiete años, ha explicado que su decisión de llevar el velo es completamente voluntaria y que se siente «humillada» al ser obligada a quitárselo. Eman ha subrayado que su derecho a llevar el velo está protegido por la Constitución española, la cual garantiza la libertad religiosa y de expresión. «España es un estado laico y democrático, con una Constitución que hay que cumplir», ha afirmado.
A pesar de su defensa, la dirección del IES ha argumentado que el reglamento interno prohíbe que los alumnos lleven cualquier tipo de cobertura en la cabeza, incluyendo gorros y capuchas. Eman ha criticado esta normativa, señalando que su uso es diferente y que no debería equipararse el velo islámico con otros tipos de accesorios. «Es un sesgo de género», ha añadido la dirección del centro, a lo que Eman ha respondido rechazando esta afirmación al considerar que su elección de llevar el velo es una expresión de su fe.
Un conflicto con el reglamento escolar
El día de su expulsión, Eman tuvo una reunión con la directora, quien le advirtió sobre la posibilidad de abrirle un expediente por no cumplir con las normativas del centro. «Por ello no he podido enfrentarme a ellos individualmente y he tenido que cumplir con la norma», ha lamentado. La estudiante ha expresado que su intención al entregar las firmas es mostrar que no está sola en esta lucha y que la dirección del instituto no debería cambiar las normas «por una persona».
Con esta acción, Eman busca no solo recuperar su derecho a llevar el velo, sino también abrir un debate en la sociedad sobre la importancia de la tolerancia y el respeto por la diversidad en los entornos educativos. Su historia ha resonado en muchos, generando un amplio apoyo en las redes sociales y cuestionando la aplicación de normas que pueden considerarse discriminatorias.
