El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha respondido enérgicamente a las recientes presiones del Gobierno de Marruecos, afirmando que antes de hacer advertencias al Partido Popular sobre su relación con el Frente Polisario, Rabat debe reconocer explícitamente la soberanía española de Melilla. En un discurso contundente, Imbroda calificó la postura del Ejecutivo marroquí como una muestra de «hipocresía» y «falta de respeto».
Tensiones diplomáticas renovadas
Estas declaraciones tienen lugar en un contexto de creciente tensión diplomática entre España y Marruecos. Recientemente, Marruecos ha reactivado el Comité de Liberación de Ceuta y Melilla, un organismo civil que históricamente ha servido para reforzar sus reclamaciones sobre estas ciudades autónomas. Esta medida es interpretada como una represalia tras la participación de representantes del Frente Polisario en el Congreso Nacional del Partido Popular, celebrado en Madrid, lo cual Rabat considera un gesto hostil hacia su política sobre el Sáhara Occidental.
Imbroda mostró un rechazo categórico a estas presiones, afirmando: «Estamos en España, una de las democracias más avanzadas del mundo. Tenemos libertad para hacer lo que queramos. Luego tú actuarás como quieras actuar». En un tono desafiante, añadió: «¿Exiges al PP que no invite al Frente Polisario? Pues exígete tú mismo reconocer la soberanía de España sobre Melilla. Hazlo. En igualdad de condiciones».
La soberanía de Melilla, un asunto indiscutible
El líder del Gobierno melillense subrayó que la españolidad de Melilla no es objeto de discusión. «La soberanía española sobre Melilla es histórica, está completamente documentada y no tiene ni un alfiler por el que quepa una filtración en contra», manifestó. Según su perspectiva, Marruecos actúa con una doble vara de medir, exigiendo respeto por su postura sobre el Sáhara, mientras evita reconocer públicamente la legitimidad española sobre Ceuta y Melilla.
Durante sus declaraciones, Imbroda recordó una anécdota personal que considera representativa de la actitud de Marruecos hacia los símbolos españoles. Relató que recibió una llamada a altas horas de la madrugada de Ahmed Chantry, quien le informó que habían robado la espada de la estatua de Pedro de Estopiñán. «Me dijo: ‘La hemos robado esta noche y nos la hemos llevado’. Imagina eso a las cuatro y media de la mañana», comentó con ironía.
Imbroda considera que Marruecos no puede pretender condicionar la política interna de los partidos españoles mientras elude cualquier gesto que implique un reconocimiento explícito de la soberanía española sobre Melilla. «Habla de lo que realmente a nosotros nos importa, que es Melilla, Ceuta y España», reclamó al Gobierno marroquí.
Como informó El Faro de Melilla, la reactivación del Comité de Ceuta y Melilla es un paso calculado por parte de Rabat para marcar posiciones y presionar al Gobierno español en un contexto de tensiones por el Sáhara Occidental. No es la primera vez que Marruecos utiliza este instrumento para manifestar su descontento ante decisiones políticas españolas que interpreta como contrarias a sus intereses geoestratégicos.
La presencia de representantes saharauis en el congreso del Partido Popular ha sido el detonante inmediato de esta disputa, aunque las raíces del conflicto son más profundas y se inscriben en el complejo equilibrio diplomático entre Madrid y Rabat. El giro del Gobierno español respecto al Sáhara, la dependencia mutua en asuntos migratorios, económicos y de seguridad, junto con los intereses cruzados en el Mediterráneo, configuran un tablero sensible donde cualquier gesto adquiere un valor simbólico.
Por ello, Imbroda insiste en que la defensa de la españolidad de Melilla debe estar por encima de cualquier agenda exterior o partidista. «Primero reconoce tú que Melilla es España. Luego hablamos», fue su mensaje claro a Rabat.
