El sector inmobiliario en España ha alcanzado un nuevo hito al convertirse en el destino más atractivo de Europa para la inversión en 2025, gracias a un sólido crecimiento económico y un aumento en la demanda impulsado por un flujo migratorio positivo. Esta conclusión se deriva de los primeros diálogos de las Jornadas Inmobiliarias de Prensa Ibérica, un foro que reúne a líderes del sector.
Según Miguel Martínez, presidente de Alantra Banca de Inversión, España está viviendo un «momento muy bueno» en el que los datos macroeconómicos son «muy positivos». El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha señalado que la población residente en el país superó los 49,3 millones de habitantes a mediados de 2025, un incremento que se debe en gran parte a la inmigración.
Desequilibrios en el mercado
A pesar de este optimismo, los expertos advierten sobre un desequilibrio que tensa el mercado inmobiliario. Martínez explicó que «hay una clara situación de alta demanda en la vivienda», donde la oferta no alcanza a satisfacer la creciente demanda. Este desajuste, según el experto, no se traduce en una burbuja, sino que se centra en la gestión del suelo, donde los trámites y la burocracia son obstáculos significativos.
La inversión inmobiliaria en España podría alcanzar los 17.000 millones de euros en 2025, posicionando al país a la cabeza de Europa. Alejandro Campoy, director general de Savills España, destacó que el 60% de esta inversión será nacional, mientras que el 40% restante provendrá de capital internacional, que busca «seguridad jurídica y certidumbre».
Diversificación del interés inversor
El interés en el mercado inmobiliario español se ha diversificado más allá de las tradicionales Madrid y Barcelona, que siguen siendo las principales puertas de entrada. «Antes el mercado inmobiliario eran ladrillos y rentas. Ahora, hacemos de todo», afirmó Campoy. El segmento ‘Living’, que incluye residencias de estudiantes y de ancianos, así como el sector hotelero, ha visto un notable crecimiento, al igual que la inversión en oficinas y centros comerciales.
En comparación con otros países europeos, España se presenta como una opción robusta. Martínez subrayó que «competimos, afortunadamente, contra países que están peor que nosotros», haciendo referencia al crecimiento económico estancado en Alemania y la incertidumbre política en Francia. Sin embargo, el principal competidor directo para los inversores es Italia.
En este contexto de precios en alza, donde se estima que el precio de la vivienda podría aumentar un 7,3% en 2025, según BBVA Research, Campoy resaltó la necesidad de colaboración entre el sector público y privado. «Es un absurdo pedir colaboración pública-privada cuando los costes no paran de crecer. Es fundamental que al promotor y al constructor les salgan los números», concluyó.
