El Partido Popular (PP) se enfrenta a las elecciones autonómicas en Extremadura este domingo con un objetivo definido: superar al PSOE por diez puntos y alcanzar el 40% de los votos. Fuentes del partido han confirmado a THE OBJECTIVE que no se contempla la posibilidad de lograr la mayoría absoluta, algo que consideran inalcanzable en esta ocasión. Sin embargo, destacan un posible «derrumbe» del PSOE, que podría perder hasta diez puntos, lo que sería un resultado histórico en la región, especialmente sin la aparición de nuevas formaciones políticas que pudieran dividir el voto.
Las tensiones aumentan en esta contienda electoral, donde tanto Alberto Núñez Feijóo como Pedro Sánchez tienen mucho en juego. Esta será la primera prueba de fuego sobre la salud de las dos principales formaciones políticas del país, marcadas por la polarización que se vive actualmente en España. El PP confía en que, por primera vez en su historia en esta comunidad, podrá alzarse con la victoria, mientras que el PSOE se enfrenta a una potencial derrota histórica, especialmente tras la pérdida de Andalucía.
Expectativas del PP y el trasvase de votos
En una reciente conversación con periodistas, Alberto Núñez Feijóo compartió datos optimistas sobre el respaldo que espera recibir, situando su apoyo entre el 40% y el 42%. A su juicio, la caída del PSOE es una «bajada sin precedentes» en la historia democrática, argumentando que la falta de nuevas formaciones políticas ha facilitado esta situación. El partido espera captar gran parte de los votos que se desvíen del PSOE, que atraviesa una crisis interna significativa.
El escenario se complica para el PSOE, cuyo candidato, Miguel Ángel Gallardo, se enfrenta a un proceso judicial por un caso de prevaricación y tráfico de influencias. Este tipo de situaciones ha debilitado la confianza de los votantes, lo que podría facilitar el ascenso del PP, liderado por María Guardiola. Los populares creen que el PSOE está tan «izquierdizado» que el centro político ya es dominio del PP, lo que les permite recoger votos de los moderados y, a su vez, reforzar su posición en la derecha.
Impacto de la polarización política
El PP anticipa que todos los partidos, a excepción del PSOE, experimentarán un aumento en sus porcentajes de voto, destacando que la subida de Sumar no compensará las pérdidas del PSOE. Según los datos que maneja el PP, la transferencia de votos entre bloques es considerable, y si el PSOE pierde diez puntos, podría ceder entre siete y ocho al PP. Este fenómeno ha ocurrido en un periodo de escasos treinta meses, y el partido sostiene que las políticas de Sánchez están impulsando un trasvase de votos sin precedentes en regiones como Andalucía y Extremadura.
El presidente del PP ha dejado claro que no se espera una mayoría absoluta en Extremadura, recordando que José Antonio Monago logró un 46% de los votos en su momento. Por ello, el enfoque del PP se centra en superar el 40% de apoyo, ganar al PSOE por diez puntos y alcanzar alrededor de 30 escaños, con la esperanza de que Vox no actúe como un obstáculo en este objetivo.
Los resultados de estas elecciones no solo influirán en la política regional, sino que también establecerán un precedente para el futuro de los dos grandes partidos en España, que se encuentran en una batalla feroz por la hegemonía política.
