El 15 de noviembre
Se estima que entre el 2% y el 5% de los niños, aproximadamente uno en cada aula, presenta el Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF). Esta condición, que abarca alteraciones físicas, cognitivas y conductuales, es consecuencia de la exposición prenatal al alcohol. Aunque es un trastorno evitable, su invisibilidad y el desconocimiento generalizado complican su diagnóstico y tratamiento.
Impacto del consumo de alcohol en el desarrollo infantil
La ingesta de alcohol durante el embarazo puede causar daños cerebrales en el feto, con consecuencias que se manifiestan a lo largo de la vida. Los síntomas varían en función de la gravedad del daño, pudiendo incluir desde problemas de atención y aprendizaje hasta discapacidades intelectuales. Según la Fundación VISUAL TEAF, hasta el 80% de los jóvenes con TEAF enfrentan problemas legales, lo que refleja el impacto profundo en su integración social.
Los costos sanitarios asociados a esta condición son alarmantes. Se ha calculado que los gastos para niños con formas severas de TEAF son hasta nueve veces superiores a los de aquellos sin esta condición. Esto representa una carga significativa tanto a nivel familiar como para el sistema educativo, donde el TEAF puede consumir hasta el 22-25% del gasto total en educación especial en algunas comunidades autónomas.
La necesidad de acción y formación
Desde la Fundación VISUAL TEAF se hace un llamado urgente al Ministerio de Sanidad para que se reconozca esta problemática como un asunto de salud pública. Insisten en que el alcohol es un «teratógeno peligroso sin nivel de consumo seguro» y abogan por una legislación específica que aborde esta cuestión. Además, destacan la necesidad de formación para los profesionales de la salud, con el objetivo de que puedan identificar y tratar el TEAF adecuadamente.
La fundación propone la creación de protocolos de detección y diagnóstico en hospitales y centros de salud mental, así como una vigilancia epidemiológica que ofrezca datos fiables para mejorar la planificación sanitaria. También sugieren destinar entre el 0,1% y el 0,2% de los impuestos sobre el alcohol a programas de apoyo y atención para el TEAF.
Es fundamental desnormalizar el consumo de alcohol entre jóvenes y adultos, recordando que no existe una cantidad segura durante el embarazo. La prevención del TEAF requiere un compromiso colectivo que no solo proteja a las futuras generaciones, sino que también promueva entornos seguros y saludables para todos.
