Nuevos informes revelan que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) ha facilitado la radicalización de jóvenes palestinos por parte de Hamás en sus escuelas en Gaza.
El director ejecutivo de UN Watch, Hillel Neuer, denunció el 17 de septiembre que «años de supervisión inadecuada» han permitido a Hamás influir negativamente en toda una generación de estudiantes.
Neuer advirtió que la UNRWA, al borde de la desaparición, está «infantilizando al pueblo palestino», fomentando una dependencia política que impide un verdadero autogobierno y obstaculiza cualquier posibilidad de paz real.
En enero de 2025, Israel prohibió a la UNRWA operar en Gaza y Cisjordania, aunque la organización insiste en que sigue intentando apoyar a la población, a pesar de que los ataques israelíes han hecho su trabajo «prácticamente imposible».
La controversia en torno a la UNRWA no es nueva. Recientemente, la ONU argumentó que los empleados de la UNRWA implicados en el pogromo del 7 de octubre, llevado a cabo por Hamás, debían gozar de inmunidad judicial.
El Comisionado General de la UNRWA, Philippe Lazzarini, sostiene que el verdadero peligro es el cierre de escuelas en Gaza, muchas de las cuales han sido destruidas o dañadas durante la ofensiva israelí.
En medio de este caos, la Comisión Europea, junto a Hamás y Qatar, continúa transfiriendo generosa asistencia financiera a la UNRWA, a pesar de las crecientes evidencias de connivencia con el grupo terrorista.
La situación en Gaza se vuelve cada vez más crítica, y los efectos de estas acciones en la juventud palestina son profundamente alarmantes. ¿Qué medidas se tomarán a continuación?
