Francisco José Folgueras, un asturiano de Langreo, ha encontrado en Syke, una tranquila villa de la Baja Sajonia, un nuevo hogar y una oportunidad laboral a través de un programa de movilidad internacional. Desde octubre del pasado año, trabaja en un kindergarten público, donde se siente «un vecino más» en un entorno que contrasta notablemente con su experiencia en España.
El año 1992, marcado por la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, fue testigo de su nacimiento. Folgueras, tras culminar sus estudios en Magisterio de Primaria en Oviedo con especialización en Educación Física, decidió aventurarse en el extranjero ante las dificultades laborales en su país. “Te forman en alemán y te consiguen trabajo y vivienda en Alemania”, explica, resaltando que había intentado opositar en España, donde las condiciones laborales son precarias.
Oportunidades y contrastes en el sistema educativo
Una de las mayores diferencias que ha observado Folgueras es la salarial. “La diferencia respecto a España es cuantiosa. Aquí, al igual que en países como Suecia o Suiza, se invierte mucho en la enseñanza pública”, señala, mientras reflexiona sobre la relación entre riqueza y educación. “Se dice que son ricos, pero yo pienso que lo son, entre otras razones, porque apuestan por la educación”.
Además, destaca la autonomía de los niños en el sistema educativo alemán. “En los centros donde estuve en España, a los niños tenías que hacérselo todo: darles de comer, vestirlos. Aquí, sin embargo, ves niños con dos años vistiéndose solos y comiendo por su cuenta”, afirma, subrayando cómo se les educa para ser autónomos desde pequeños.
Conciencia ecológica y calidad de vida
Otro aspecto que le ha llamado la atención es la conciencia ecológica de la población local. Folgueras señala que la cesta de la compra “en proporción al salario es más barata” y aprecia el enfoque sostenible de la comunidad. “Si tuviese las oportunidades que hay aquí, no dudaría en volver porque en Asturias está mi casa, la familia, los amigos”, confiesa.
Con un futuro prometedor por delante, Folgueras espera que su contrato se convierta en indefinido en enero. Su experiencia en Alemania no solo le ha proporcionado estabilidad laboral, sino también una nueva perspectiva sobre la educación y la vida en general. “Fue esa falta de oportunidades la que me hizo marchar”, concluye, dejando claro que su corazón sigue en Asturias, aunque su presente se haya forjado en tierras alemanas.
