Donald Trump y la primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, han inaugurado este martes en Tokio una nueva etapa en sus relaciones bilaterales, marcada por la firma de acuerdos comerciales y estratégicos que ambos líderes han calificado como el inicio de una «nueva era dorada». Este encuentro, el primero desde que Takaichi asumiera su cargo hace solo una semana, ha dejado claro el deseo mutuo de fortalecer la alianza entre ambos países.
La mandataria japonesa ha manifestado su intención de hacer que Japón y Estados Unidos «se vuelvan más fuertes y más prósperos». Por su parte, Trump, quien llegó a Tokio tras una visita a Malasia, ha expresado el entusiasmo de su administración por este nuevo capítulo, afirmando que «vamos a lograr un comercio enorme juntos, más que nunca».
Acuerdos comerciales y estratégicos
Durante la reunión, se firmaron dos documentos clave: el primero implementa el acuerdo comercial bilateral alcanzado en julio, que establece aranceles recíprocos del 15 %, y el segundo coordina inversiones en la cadena de suministro de minerales críticos y tierras raras. Este último pacto tiene como objetivo identificar proyectos conjuntos y movilizar recursos para garantizar un flujo estable de materiales esenciales para la industria tecnológica, especialmente en un contexto de restricciones impuestas por China.
Según la Casa Blanca, ambos países se han dado un plazo de seis meses para financiar proyectos seleccionados y generar productos destinados a compradores en Japón, Estados Unidos y, si es pertinente, en naciones «con ideas afines». Además, Trump subrayó un reciente interés de Japón en adquirir armamento estadounidense, reafirmando la calidad del equipo militar producido en su país y expresando su deseo de que no sea necesario utilizarlo.
Reconocimiento y simbolismo
Un aspecto notable de la reunión fue el anuncio de Takaichi de nominar a Trump al Premio Nobel de la Paz 2026, en reconocimiento a su papel en la mediación de conflictos, incluyendo el alto el fuego entre Tailandia y Camboya. Esta iniciativa fue confirmada por la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, al concluir la reunión privada.
El encuentro también estuvo cargado de simbolismo, ya que Takaichi obsequió a Trump con un palo de golf perteneciente al fallecido Shinzo Abe, ex primer ministro y mentor político de Takaichi. Trump, recordando su relación con Abe, comentó que «a él le alegraría mucho saberlo».
La cumbre comenzó con un ligero retraso, ya que ambos líderes estaban siguiendo un partido de la Serie Mundial de béisbol, donde el jugador japonés Shohei Ohtani participó. Takaichi se disculpó, comentando que «el presidente Trump y yo estábamos viendo el béisbol en su habitación» en el Palacio de Invitados de Estado de Akasaka.
El clima de buena sintonía entre los dos mandatarios refleja el momento positivo de las relaciones bilaterales. Trump ha encontrado en Japón un aliado que no solo satisface sus deseos, sino que también respeta su estilo de liderazgo.
Contexto del juicio por el asesinato de Abe
Este acercamiento entre Trump y Takaichi coincide con el inicio del juicio por el asesinato de Shinzo Abe, cuyo legado político ha estado presente durante toda la reunión. Este martes, el acusado, Tetsuya Yamagami, se declaró culpable del magnicidio cometido en julio de 2022 durante un acto electoral, aunque su defensa disputará algunos cargos menores.
El proceso judicial, que se prevé se alargue hasta noviembre, ha reavivado el debate sobre los vínculos entre sectores del Partido Liberal Democrático y la Iglesia de la Unificación, que según el propio Yamagami motivaron su ataque. Tras la muerte de Abe, el Gobierno japonés impulsó una investigación que culminó este año con una orden de disolución de la organización religiosa, actualmente recurrida ante el Tribunal Supremo.
Este nuevo capítulo en las relaciones entre Japón y Estados Unidos se presenta en un contexto complejo, pero promete avanzar hacia el fortalecimiento de la cooperación bilateral en diversas áreas.
