La tensión entre Estados Unidos y España ha escalado nuevamente tras las declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha acusado al país ibérico de no “jugar en equipo” dentro de la OTAN debido a su negativa a aumentar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB. Esta crítica se ha convertido en un punto recurrente en los discursos de Trump y forma parte de una nueva ofensiva de la Casa Blanca para presionar a sus aliados europeos.
Durante una comparecencia en el Despacho Oval junto al secretario general de la Alianza Atlántica, el holandés Mark Rutte, Trump instó a su interlocutor a “hablar con España” para resolver el desencuentro. Según el mandatario, el compromiso español con la defensa “es algo que Rutte puede arreglar fácilmente”, aunque también expresó su malestar por el papel de España en la última cumbre aliada celebrada en La Haya.
Washington amenaza con sanciones
El republicano insistió en que todos los socios europeos “están comprometidos al 100%” con los objetivos de gasto acordados y calificó como “una gran concesión” el pacto alcanzado el pasado verano para aumentar los presupuestos militares. Sin embargo, es importante resaltar que ninguno de los países de la OTAN, ni siquiera Estados Unidos, ha alcanzado el umbral del 5% propuesto por Washington.
En sus intervenciones, Trump ha mencionado a España en cuatro ocasiones recientes, incluso esta vez sin que mediara pregunta periodística. En los últimos días, el presidente estadounidense llegó a sugerir que España “merece una reprimenda” por incumplir sus compromisos, insinuando su posible expulsión de la organización o la imposición de aranceles. Sin embargo, estas amenazas carecen de sustento legal, ya que la política comercial española, al estar integrada en la Unión Europea, depende del conjunto del bloque comunitario. Cualquier medida de ese tipo afectaría a todos los Estados miembros, no solo a España.
Rutte defiende los objetivos de la Alianza
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, respaldó las exigencias de Washington al afirmar que “España no puede cumplir los objetivos de capacidad” si no invierte al menos un 3,5% de su PIB en defensa. Rutte reiteró su compromiso con Trump y subrayó la necesidad de reforzar las capacidades comunes ante la nueva situación geopolítica global. El Gobierno español mantiene que su compromiso con la OTAN puede cumplirse con una aportación del 2,1% del PIB, nivel al que se comprometió el pasado verano.
Esta discordia entre España y Estados Unidos pone de manifiesto las tensiones existentes dentro de la OTAN y plantea interrogantes sobre el futuro de la cooperación militar en un contexto internacional cada vez más complejo.