El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la reanudación de las pruebas nucleares en respuesta al creciente desafío de Rusia, que ha intensificado su arsenal militar en medio de un enfriamiento de las relaciones entre ambos países. Esta decisión marca un cambio significativo en la política de defensa estadounidense, ya que las pruebas nucleares no se llevaban a cabo desde 1992.
En las últimas semanas, el presidente ruso Vladimir Putin ha exhibido su nuevo arsenal, incluyendo el supertorpedo submarino Poseidon y el misil de propulsión nuclear Burevestnik. Estas demostraciones han generado preocupación en Washington, donde Trump ha cuestionado la necesidad de tales desarrollos bélicos, instando a Putin a finalizar la guerra en Ucrania en lugar de aumentar las tensiones. Sin embargo, la respuesta del Kremlin fue clara: «Rusia trabaja para garantizar su propia seguridad».
Trump justificó su decisión a través de sus redes sociales, afirmando que «debido a su tremendo poder destructivo, odio hacerlo, pero no tengo otra opción». Según sus declaraciones, Rusia ocupa el segundo lugar en capacidad nuclear y China un distante tercero, aunque anticipó que en cinco años podría equipararse. A pesar de esta escalada, Trump expresó su deseo de una «desnuclearización», indicando que «sería algo estupendo» y que estaba en conversaciones con Rusia sobre el tema.
En reacción a la decisión de Trump, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, subrayó que la clasificación del nuevo arsenal presentado por Rusia no corresponde al de armas nucleares. Peskov también indicó que Estados Unidos es un país soberano con derecho a tomar decisiones, pero advirtió que Rusia «actuará en consecuencia» si se rompe la moratoria sobre pruebas nucleares, que Moscú no realiza desde 1990.
Esta situación ha generado una creciente preocupación internacional, y China ha instado a Estados Unidos a cumplir con sus obligaciones bajo el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. El portavoz del ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, afirmó que «China espera que Estados Unidos cumpla con sus compromisos para salvaguardar el desarme nuclear internacional y mantener la estabilidad global».
La reanudación de las pruebas nucleares por parte de Estados Unidos podría marcar el inicio de una nueva carrera armamentista, donde las tensiones entre potencias nucleares alcanzan niveles alarmantes. La comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollará esta situación y cuáles serán las repercusiones para la seguridad global.
