Las fuerzas armadas de Estados Unidos llevaron a cabo un ataque en el Caribe el pasado 7 de noviembre de 2025, que resultó en la muerte de tres personas, según informó el jefe del Pentágono, Pete Hegseth. Este ataque forma parte de una campaña más amplia contra el narcotráfico que ha dejado un saldo de al menos 70 muertos desde su inicio a principios de septiembre.
Hegseth publicó imágenes aéreas del ataque a través de la red social X, afirmando que la acción se dirigió a una «embarcación operada por una Organización Terrorista Designada» en aguas internacionales. En total, Estados Unidos ha destruido al menos 18 embarcaciones en sus operaciones, incluyendo 17 barcos y un semisumergible. Sin embargo, hasta ahora, Washington no ha proporcionado evidencia concreta de que los objetivos fueran narcotraficantes o que representaran una amenaza para el país.
Controversia y críticas a las operaciones antinarcóticos
La campaña ha suscitado preocupación entre expertos y defensores de derechos humanos, quienes han calificado estas acciones como «ejecuciones extrajudiciales», incluso si están dirigidas a traficantes conocidos. Las familias de las víctimas, muchas de las cuales eran civiles y pescadores, han expresado su indignación por la falta de distinción entre objetivos militares y no militares.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha acusado en repetidas ocasiones a Donald Trump de intentar derrocar su gobierno, utilizando estas operaciones como una justificación para una intervención militar. La retórica del Pentágono es clara: «A todos los narcoterroristas que amenazan nuestra patria: si quieren seguir vivos, dejen de traficar drogas. Si siguen traficando drogas mortales, los mataremos», afirmó Hegseth.
Además, para reforzar su presencia en la región, Estados Unidos ha desplegado seis barcos de la Marina en el Caribe, cerca de Venezuela, y ha enviado aviones furtivos F-35 a Puerto Rico. El grupo de ataque del portaviones USS Gerald R. Ford también ha recibido órdenes de dirigirse a la zona, intensificando así la tensión en aguas caribeñas.
En este clima de inseguridad, se plantea la pregunta de si estas tácticas realmente abordan el problema del narcotráfico o si, por el contrario, contribuyen a un ciclo de violencia que afecta a la población civil. La polémica sigue creciendo mientras las operaciones continúan, y la comunidad internacional observa con atención la evolución de estos acontecimientos en la región.
