Desarrollo urgente: El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, no logra convencer al canciller alemán, Friedrich Merz, para que apoye la cooficialidad del catalán, el gallego y el euskera en la Unión Europea. En una rueda de prensa conjunta celebrada el 18 de septiembre en Madrid, Merz reafirmó su rechazo, sugiriendo que «gracias a la inteligencia artificial ya no necesitaremos intérpretes».
Este revés es un golpe para Sánchez, quien busca el apoyo de Alemania para avanzar en una propuesta que busca la cooficialidad de las lenguas regionales en las instituciones europeas, una medida que el líder independentista Carles Puigdemont ha considerado esencial para futuras negociaciones de presupuestos. Merz subrayó que la introducción de nuevos idiomas en la UE complica el servicio de traducciones y que la solución a estos desafíos lingüísticos será complicada. «Llevamos 40 años esperando», expresó Sánchez, quien insistió en la importancia de esta cuestión para el futuro de España.
Aunque el Gobierno español ha presentado una propuesta de implantación escalonada de las tres lenguas a partir de 2027, el costo estimado de esta medida se sitúa en alrededor de 132 millones anuales. Alemania se mantiene firme en su oposición, y otros países como Finlandia, Suecia, Bulgaria y Croacia también han expresado dudas.
Sánchez y su equipo están bajo presión, ya que la cooficialidad es considerada una ‘conditio sine qua non’ para avanzar en las negociaciones presupuestarias para 2026. La situación se complica aún más ante la incertidumbre sobre el apoyo de otros estados miembros, lo que podría retrasar la implementación de esta propuesta fundamental y afectar directamente las relaciones de España dentro de la UE.