El Ministerio de Defensa de Rusia ha desmentido las acusaciones del Gobierno de Estonia sobre una supuesta violación de su espacio aéreo por parte de tres cazas MiG-31. Según el comunicado emitido por la autoridad rusa, los aviones no se desviaron de su ruta y realizaron su trayecto sobre aguas neutrales del mar Báltico, a más de tres kilómetros de la isla de Vaindloo. Esta afirmación surge tras la denuncia presentada por Tallin, que invocó el Artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte para solicitar consultas urgentes con sus aliados.
Incidente en el espacio aéreo de Estonia
El incidente ha generado una creciente tensión en la región, ya que Estonia sostiene que los cazas rusos ingresaron sin autorización en su espacio aéreo, donde permanecieron durante doce minutos sobre la isla de Vaindloo. Este hecho provocó la intervención de aviones de patrulla aérea de la OTAN, lo que ha llevado a una escalada de las reacciones en Europa. El Gobierno de Portugal, bajo la dirección del conservador Luis Montenegro, ha calificado la acción rusa como una “violación vehemente” del espacio aéreo estonio y ha pedido el fin de lo que considera una escalada de provocaciones.
Las tensiones en el espacio aéreo europeo han aumentado considerablemente en los últimos días. Este es el tercer incidente reportado en un corto periodo, con el Ministerio de Exteriores portugués señalando que Rusia ha llevado a cabo tres actos de provocación en el espacio aéreo de la Unión Europea en solo unos días. La situación se agrava en un contexto donde, hace apenas diez días, 19 drones rusos penetraron en el espacio aéreo de Polonia y, hace seis días, un dron ruso sobrevoló territorio rumano.
Reacciones internacionales y contexto actual
La presencia de cazas rusos sobrevolando la plataforma petroquímica ‘Petrobaltic’ en el mar Báltico también ha sido objeto de preocupación. La Guardia Fronteriza de Polonia ha informado sobre la actividad de aviones rusos a baja altura en esta área, lo que ha suscitado nuevas inquietudes sobre la seguridad en la región.
Las autoridades de la OTAN están monitorizando de cerca la situación, ante el riesgo de una escalada militar. La tensión entre Rusia y los países de la OTAN continúa aumentando, y los incidentes aéreos reflejan el delicado equilibrio en las relaciones internacionales en este momento. La comunidad internacional está atenta a los próximos pasos que puedan dar ambos lados para evitar un conflicto mayor en Europa.