Un nuevo escándalo ha salido a la luz con la difusión de grabaciones del empresario Víctor de Aldama, en las que admite que varios miembros del Gobierno español recibieron presiones para facilitar el rescate de la aerolínea Air Europa. En una de las más de 22.000 grabaciones halladas en los dispositivos electrónicos de Koldo García, Aldama sostiene que hubo presiones a la ministra Nadia Calviño, la ministra María Jesús Montero y el ministro José Luis Ábalos, afirmando: «ha habido presiones a todo el mundo».
Estas grabaciones fueron incautadas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil durante un registro en el domicilio de García, parte de la investigación por una supuesta trama de comisiones relacionadas con contratos públicos durante la pandemia. Aldama justifica la urgencia del rescate argumentando que Air Europa es «una compañía estratégica» y que su cierre podría llevar a la calle a unas 50.000 personas.
La grabación, que ha generado revuelo, también contiene críticas a los medios de comunicación, donde Aldama expresa su indignación por lo que considera mentiras y falta de responsabilidad por parte de los periodistas. «No sé cómo se permite en este país que los periodistas sigan mintiendo, sean impunes», comenta, sugiriendo que la situación es comparable a la de «Los Vengadores».
En un giro inesperado, el Gobierno ha validado la autenticidad de estas grabaciones, coincidiendo con sus esfuerzos para desmentir cualquier vínculo de Begonia Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, con el rescate de la aerolínea. Aldama reitera que Gómez no tuvo implicación en el rescate y que su relación con Globalia fue únicamente por su colaboración con la empresa Wakalúa.
Este cambio de postura contrasta con la desconfianza anterior del Ejecutivo hacia Aldama, quien había sido calificado por el presidente como un «inventado». A pesar de que la Audiencia Provincial de Madrid ha decidido que no se investigue el papel de Gómez en el rescate, la causa judicial contra ella sigue abierta por otros posibles delitos, incluyendo tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Los investigadores continúan analizando el vasto archivo de más de 22.000 grabaciones recopiladas por Koldo García, que se estima podrían equivaler a 65 millones de folios de transcripciones. Esta situación plantea serias interrogantes sobre la transparencia y la ética en la gestión de las ayudas públicas durante la crisis provocada por la pandemia.
