Un grupo de organizaciones no gubernamentales e instituciones de todo el mundo ha firmado un contundente «Manifiesto urgente por Gaza», demandando una acción inmediata para poner fin al genocidio que sufre la población palestina. Con el título «Gaza no puede esperar», este manifiesto reúne a cientos de entidades y personalidades que alzan su voz contra la indiferencia global ante la crisis humanitaria.
Un grito de alerta internacional
Las organizaciones firmantes, entre las que se encuentran UNICEF, UNRWA, Oxfam, Médicos Sin Fronteras y Save the Children, destacan que «este manifiesto no es una súplica, es un grito y un puño sobre la mesa de la indiferencia». En él, se denuncia el sufrimiento insoportable de la población en Gaza, donde cada día se desmorona algo esencial de la humanidad.
El texto subraya que «en menos de dos años, más de 56.000 personas han sido asesinadas, de las cuales más de 18.000 son niños y niñas». Además, se menciona que más de 127.000 personas han resultado heridas, muchas de ellas sufriendo amputaciones, quemaduras y traumas irreparables. «El impacto mental es inenarrable; los niños nos hablan de una desesperanza total hacia el futuro», añaden los firmantes.
Condiciones de vida insostenibles
El manifiesto también resalta que, tras el asedio total impuesto por las autoridades israelíes desde el 2 de marzo, el 100% de Gaza está en riesgo de hambruna, según informes de Naciones Unidas. Más de medio millón de personas se encuentran en fase 5 de hambruna catastrófica, y la situación seguirá empeorando si el Gobierno de Israel no permite la entrada de ayuda humanitaria masiva.
En este contexto, el manifiesto denuncia la política de Israel de atacar sistemáticamente a la población civil, destruir infraestructuras esenciales y privar a los habitantes de acceso a agua y alimentos. «Este no es un sistema de ayuda humanitaria, es la militarización de la ayuda contra una población hambrienta», señala el documento, que critica la fragmentación y politización de la asistencia humanitaria.
En una dura crítica a la situación, se menciona que en los últimos días han sido asesinadas más de 500 personas y más de 4.000 han resultado heridas en los puestos de ayuda militarizados, donde el ejército israelí ha disparado contra la población.
El manifiesto concluye con una serie de exigencias: un alto el fuego inmediato, la protección efectiva de la población civil, la apertura total de pasos fronterizos para la ayuda humanitaria, el respeto al mandato de UNRWA y la suspensión de los castigos colectivos como arma de guerra.
El impacto de esta crisis humanitaria ha generado una ola de solidaridad y un llamado a la acción que no puede ser ignorado por la comunidad internacional.
