Las elecciones legislativas celebradas el pasado 15 de octubre de 2023 en Moldavia han culminado con una clara victoria para el Partido de Acción y Solidaridad (PAS), liderado por la presidenta proeuropea Maia Sandu, quien ha obtenido un contundente 44,26% de apoyo. Este resultado refleja la confianza de la ciudadanía en un futuro orientado hacia Europa, en un contexto marcado por la guerra en Ucrania y los intentos de injerencia por parte de Moscú.
Los resultados preliminares, que corresponden al 70% del escrutinio, sitúan en segundo lugar al Bloque Electoral Patriótico (BEP), una coalición que agrupa a socialistas, comunistas y pro-rusos, con un 27,96% de los votos. En tercer lugar se encuentra la coalición Alternativa con un 8,5% de apoyo, seguida del Partido Nuestro, que ha conseguido un 6,52%, y el proeuropeo Partido Político Democracia En Casa (PPDA), con un 6,25%.
Un contexto electoral complejo
Estas elecciones son consideradas cruciales para el futuro político de Moldavia, que aspira a integrarse en la Unión Europea para 2030. Las autoridades moldavas han denunciado en reiteradas ocasiones intentos de Moscú de influir en el proceso electoral mediante la financiación de la compra de votos, campañas de desinformación en redes sociales y disturbios. A pesar de estas acusaciones, el BEP ha señalado que existe una persecución hacia su partido, alimentada por el temor a un revés electoral.
La alta participación ciudadana ha sido un aspecto destacado de estos comicios, tanto dentro como fuera del país. El voto de la diáspora proeuropea fue decisivo en 2024 para la aprobación del referéndum sobre la entrada en la UE, lo que evidencia el compromiso de muchos moldavos con la integración europea. Sin embargo, la oposición prorrusa ha afirmado que el pueblo ha votado por el cambio, prometiendo defender su elección en una manifestación convocada para el lunes en la capital moldava, Chisinau.
Reacciones y proyecciones
El resultado de estas elecciones ha generado un amplio espectro de reacciones, desde la celebración en las filas del PAS hasta la denuncia de fraude por parte del BEP. A medida que se avanza en el conteo de votos, la situación política en Moldavia se torna cada vez más intensa, con un futuro incierto ante las amenazas externas y la necesidad de consolidar la democracia interna.
Con la mirada puesta en los próximos pasos a seguir, la administración de Maia Sandu tiene ante sí el desafío de fortalecer su mandato y continuar con las reformas necesarias para acercar a Moldavia a la UE, mientras enfrenta la presión de una oposición que promete un fuerte desacuerdo en las calles.