La empresa azucarera Ledesma SAAI ha despedido a al menos 10 trabajadores, incluidos ex delegados, en un contexto de creciente tensión laboral tras las recientes elecciones que beneficiaron a Javier Milei y a su partido, La Libertad Avanza. Este despido se suma a un total de 222 trabajadores cesados en lo que va del año, lo que ha generado un clima de inquietud entre los empleados y sus sindicatos.
La situación se enmarca en un intento por parte de la dirección de Ledesma de impulsar reformas laborales que le permitan reducir costos. Según fuentes sindicales, la compañía, que pertenece a la familia Blaquier, busca aprovechar los cambios legislativos propuestos por el nuevo gobierno para llevar a cabo despidos masivos y tercerizar más puestos de trabajo. Esta estrategia se observa como una forma de eludir la cláusula de revisión de paritarias y mantener los salarios congelados.
Contexto de despidos y respuesta sindical
La directiva del SOEAIL (Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma) ha sido instada a abandonar su postura de paz social y a convocar a asambleas para discutir un plan de lucha. Los despidos recientes, que se producen en un contexto de celebraciones locales como el carnaval de 2025, han sido recibidos con preocupación por los trabajadores, quienes ven amenazados sus derechos laborales.
En el pasado, la empresa ya había despedido a 200 azucareros antes del carnaval, y tras las elecciones legislativas provinciales de mayo, otros 22 trabajadores fueron cesados. Estos acontecimientos indican una tendencia preocupante que podría afectar gravemente la economía local, ya que la reducción de puestos de trabajo ha llevado a un incremento en la informalidad laboral y a la caída del consumo en la región.
Reacciones y perspectivas futuras
Los delegados sindicales han recibido numerosas denuncias de despidos a través de WhatsApp, lo que evidencia una clara estrategia antisindical por parte de la empresa. Ante esta situación, es fundamental que el sindicato actúe de manera unida y organizada para defender los derechos de los trabajadores y exigir la reincorporación de los despedidos, así como una actualización salarial que se ajuste a la realidad económica actual.
La situación es crítica, dado que el salario básico actual se sitúa en $620.000, muy por debajo de la línea de pobreza fijada en $1.204.703 según la DiPEC (Dirección Provincial de Estadísticas y Censos). En este contexto, los trabajadores de Ledesma se enfrentan a un futuro incierto, con la esperanza de que sus reivindicaciones sean escuchadas y que se adopten medidas efectivas para proteger sus derechos laborales en un escenario cada vez más adverso.
