La tasa de emancipación juvenil en España se ha desplomado al **15,2 %** en el segundo semestre de **2025**, según el último informe del **Consejo de la Juventud de España**. Este dato representa el nivel más bajo desde que se tienen registros en **2006** y evidencia que al menos **102.203** jóvenes, entre **16** y **30** años, no han logrado independizarse este año. Este retroceso es especialmente preocupante en un contexto donde el mercado laboral juvenil muestra señales de mejora.
La tasa de paro en este grupo de edad ha bajado al **19,1 %** en el segundo semestre de **2024**, alcanzando así el nivel más bajo desde **2007**. Además, los salarios han experimentado una ligera recuperación, con el salario medio de un joven que comienza a trabajar situado en **1.170 euros** mensuales, un **11 %** más que en **2024**. Sin embargo, a pesar de estos avances laborales, la emancipación se ve obstaculizada por un factor clave: el alto coste de la vivienda.
El coste de la vivienda como barrera
El precio medio del alquiler ha alcanzado los **1.080 euros** mensuales, un monto que dificulta enormemente que los jóvenes, incluso aquellos con empleo estable, puedan afrontar el coste de vivir de forma independiente. El informe del Consejo de la Juventud de España subraya esta paradoja: mientras los indicadores laborales mejoran, el acceso a la vivienda se deteriora, anulando cualquier avance en la emancipación juvenil.
En este sentido, la problemática de la vivienda ha suscitado un intenso debate en varias ciudades. En **Barcelona**, por ejemplo, el Ayuntamiento ha lanzado recientemente una promoción de vivienda pública para jóvenes en el barrio del **Raval**. Se han ofertado un total de **17 pisos de alquiler asequible**, pero algunos de ellos tienen apenas **20 metros cuadrados**. Esta situación ha generado críticas, ya que muchos consideran que estas dimensiones son incompatibles con una vida digna, lo que pone en entredicho la efectividad de las políticas destinadas a facilitar el acceso a la vivienda.
Una generación atrapada en el hogar familiar
La situación actual confirma una tendencia alarmante: una generación que, a pesar de estar mejor formada y con mayor acceso al empleo que en décadas anteriores, sigue sin poder abandonar el hogar familiar. La escalada de precios en el mercado de la vivienda, tanto en alquiler como en propiedad, se mantiene como una barrera infranqueable para la emancipación.
Los jóvenes se enfrentan a un futuro incierto, donde las mejoras laborales no se traducen en una mayor autonomía personal. En un país donde el acceso a la vivienda se ha convertido en un desafío crítico, es fundamental que se implementen políticas efectivas que permitan a esta generación dar el salto hacia la independencia sin que el coste de la vivienda les suponga un obstáculo insalvable.