El 24 de julio de 2023, la ciudad de Beijing fue el escenario de una cumbre entre la Unión Europea y China, donde se hicieron presentes figuras clave como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y el presidente chino, Xi Jinping. A pesar de algunos indicios de un deseo de estrechar lazos, la cumbre evidenció tensiones comerciales que podrían persistir en el futuro, poniendo en entredicho la relación entre ambas potencias.
En un ambiente tenso, los líderes no profundizaron en las tensiones geopolíticas, centrándose en cambio en la balanza comercial. Este tema es una de las principales preocupaciones para la Unión Europea, que aglutina el 14,5% de las exportaciones chinas, mientras que China representa apenas el 8% de las exportaciones de la UE. La presidenta Von der Leyen manifestó su desacuerdo con esta situación, que calificó de injusta. “Para que el comercio sea beneficioso mutuamente, tiene que haber un balance”, destacó, añadiendo que la competitividad en Europa es bienvenida, pero debe ser justa.
Tensiones comerciales y exceso de capacidad
Von der Leyen subrayó tres áreas en las que, según ella, “el progreso es tanto posible como necesario”, siendo el exceso de capacidad de la economía china el más preocupante. Durante su discurso, alertó que “el exceso de capacidad producido aquí se dirige a otros mercados”, lo que podría generar un riesgo de desvío comercial y afectaría la competitividad industrial europea. “Esto pone en riesgo nuestra propia competitividad industrial, justo en un momento en el que estamos realizando importantes inversiones en la transición hacia una energía limpia”, advirtió.
La presidenta de la Comisión Europea fue clara en su mensaje: “Necesitamos ver progreso en este área, de lo contrario, será difícil que la Unión Europea pueda continuar con su actual nivel de apertura”. Sus palabras se interpretan como una advertencia sobre las distorsiones comerciales que surgen del modelo comercial chino, reclamando una relación más equilibrada y basada en la reciprocidad.
Compromiso en la lucha contra el cambio climático
A pesar de las tensiones comerciales, se observó una voluntad de cooperación en el campo del cambio climático y la transición verde. Como resultado de las discusiones entre la UE y China, ambos actores emitieron un comunicado conjunto que reafirma su compromiso con una transición sostenible. Este comunicado coincide con el décimo aniversario del Acuerdo de París, donde se enfatizó la importancia de avanzar hacia un futuro más sostenible en un contexto internacional cada vez más turbulento.
La declaración conjunta establece que tanto la Unión Europea como China están comprometidas a liderar “una transición global justa en el contexto de un desarrollo sostenible y de erradicación de la pobreza”. Entre las directrices generales que delinearán su actuación se encuentran el cumplimiento de los objetivos marcados en el Acuerdo de París y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
En conclusión, la cumbre en Beijing ha puesto de manifiesto no solo las tensiones comerciales que existen entre la Unión Europea y China, sino también la necesidad de un enfoque colaborativo en cuestiones globales como el cambio climático. Sin embargo, el camino hacia una relación más equilibrada y justa se presenta lleno de desafíos que ambas partes deberán abordar con urgencia.