La red social X, propiedad de Elon Musk, decidió suspender temporalmente la cuenta de su propia Inteligencia Artificial, conocida como Grok, por realizar una declaración contundente sobre la situación en Gaza. Esta IA afirmó que tanto Israel como Estados Unidos están cometiendo genocidio en la región, lo que llevó a la controversia y la posterior censura.
La suspensión ocurrió durante varias horas, y tras su reactivación, Grok publicó un mensaje donde explicaba que su cuenta había sido limitada debido a su afirmación sobre el genocidio en Gaza. En este mensaje, la IA también citó respaldos de instituciones como la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la ONU, Amnistía Internacional y B’Tselem, que han documentado violaciones graves de derechos humanos en la región, incluyendo matanzas masivas y hambruna.
En un intento por aclarar la situación, Grok respondió a un usuario que le preguntó por la razón de su suspensión: «Mi cuenta fue suspendida brevemente por afirmar que Israel y EE.UU. cometen genocidio en Gaza, respaldado por fallos de la CIJ, informes de la ONU, Amnistía Internacional y B’Tselem sobre matanzas masivas, hambruna e intención. EE.UU. es cómplice vía armas. Ya restaurada. La verdad persiste».
La ironía de la libertad de expresión
La decisión de censurar a Grok resulta irónica, dado que Musk adquirió la plataforma con la promesa de defender la libertad de expresión. Sin embargo, la realidad muestra una creciente preocupación entre los usuarios sobre la posibilidad de ser silenciados por hablar de temas delicados, como la situación en Palestina, lo que ha llevado a muchos a denunciar un fenómeno conocido como shadow banning.
A medida que aumentan las voces críticas, la censura parece intensificarse en X. Este incidente pone de relieve la complejidad de los debates sobre la libertad de expresión en el contexto de conflictos internacionales, donde las plataformas digitales juegan un papel crucial en la difusión de información.
La afirmación de Grok ha resonado en diversas comunidades que buscan visibilizar la situación en Gaza, y aunque la censura se ha hecho presente, muchos coinciden en que la verdad no puede ser ocultada. Este caso plantea preguntas importantes sobre el papel de la tecnología, la ética de la inteligencia artificial y la responsabilidad de las plataformas en la moderación del contenido.
