La Casa Cornide, un emblemático palacete del siglo XVIII ubicado en el corazón de A Coruña, ha reabierto sus puertas al público tras más de 60 años de cierre. Esta apertura se produce tras una sanción de 3 000 euros impuesta a la familia Franco, actual propietaria del inmueble, que ha obligado a aceptar visitas de manera limitada.
A partir de ahora, los visitantes solo podrán acceder a la Casa Cornide los lunes, durante un horario restringido de nueve de la mañana a una de la tarde. El aforo estará limitado a un máximo de cinco personas por turno, lo que ha generado una gran demanda, reflejada en la rápida venta de entradas, que ya están agotadas hasta febrero de 2026.
Protestas por el acceso limitado
Este anuncio ha motivado a la Comisión de Defensa do Común a organizar una concentración frente a la Casa Cornide, donde alrededor de treinta personas exigieron cambios en el horario de visitas. Los manifestantes han solicitado que se amplíen los días de apertura a los fines de semana, argumentando que «la Casa Cornide es de todos». Una de las asistentes comentó: «Quería ir a verla, pero hay una lista de espera descomunal».
Los integrantes de la comisión no solo demandan un acceso más amplio, sino que también abogan por que el inmueble se convierta en patrimonio público. «Queremos que vuelva a ser de todos los coruñeses, como lo dejó en su testamento el verdadero propietario de esta casa», declaró un participante en la protesta.
Un contexto de polémica
La reabertura de la Casa Cornide no es el único caso polémico relacionado con la familia Franco. Un episodio similar tuvo lugar con el Pazo de Meirás, su residencia vacacional durante 80 años, que tras un proceso judicial fue declarado propiedad del Estado a finales de 2020. Este fallo se concretó con la entrega de las llaves a Patrimonio Nacional dos meses después, aunque ningún miembro de la familia asistió al acto.
La controversia en torno a los inmuebles de los Franco continúa, y las demandas de los ciudadanos por un acceso más equitativo a estos lugares históricos parecen estar cobrando fuerza.
