Un incendio devastador en el complejo residencial de Wang Fuk ha dejado hasta el momento un trágico saldo de al menos 128 muertos y un número significativo de personas desaparecidas. Las llamas, que arrasaron el edificio, fueron sofocadas tras dos días de intensas labores de los bomberos, pero las consecuencias del siniestro aún están lejos de ser esclarecidas.
Las autoridades han informado que aproximadamente 200 personas permanecen en paradero desconocido, lo que ha llevado a la Policía a alertar que dentro de los bloques podría haber hasta un centenar de cadáveres. «Hasta ahora los bomberos solo han despejado los escombros, no han recogido los cuerpos porque su prioridad era buscar supervivientes», explicaron agentes involucrados en la operación.
El incendio comenzó en la tarde del 20 de noviembre de 2023 y rápidamente se propagó, consumiendo la mayoría de las 1 900 viviendas del complejo, que cuenta con ocho bloques de 31 plantas cada uno. Con la seguridad de la zona garantizada, los equipos de rescate han iniciado la búsqueda de los cuerpos, una tarea que se anticipa larga y complicada.
Impacto en la comunidad y la búsqueda de respuestas
Los supervivientes, en estado de shock, han perdido todo lo que poseían. Kenneth Tse, uno de los afectados, compartió su angustia: «No sabemos expresar lo que sentimos, muchos de nuestros vecinos y amigos han fallecido, a nosotros no nos queda nada». La comunidad se ha movilizado para ofrecer apoyo a los desplazados, y en la Escuela Secundaria Iglesia de Cristo en China Fung Leung Kit se ha convertido en un refugio provisonal.
A medida que la búsqueda de desaparecidos continúa, las autoridades han comenzado una investigación criminal que ya ha llevado a la detención de ocho personas vinculadas al proyecto de renovación del complejo, valorado en 330 millones de dólares hongkoneses (aproximadamente 36 millones de euros). Entre los detenidos se encuentran tres responsables de la empresa Prestige Construction and Engineering, acusados de homicidio imprudente por el uso de materiales no homologados.
Según el secretario de Seguridad, Chris Tang, las pruebas preliminares indican que aunque la red del andamiaje cumplía con los estándares legales, las planchas de poliestireno aplicadas en las ventanas eran altamente inflamables, lo que contribuyó a la rápida expansión del fuego. La investigación ha desvelado que la empresa ya había sido sancionada en años recientes por prácticas ilícitas en otras construcciones.
Una tragedia que podría haberse evitado
Las circunstancias que rodean el incendio plantean serias preguntas sobre la negligencia en las prácticas de construcción. Nelson, un residente que se vio afectado, expresó su dolor: «No estoy pensando en la corrupción, estoy muy conmovido por este despliegue». La comunidad ha mostrado una notable solidaridad, con cientos de voluntarios que se han presentado para ayudar en lo que sea necesario.
Aunque la vida en la zona sigue, con algunos vecinos que se reúnen para jugar al ajedrez chino mientras otros contemplan los restos calcinados de los edificios, la tragedia de Wang Fuk deja una marca indeleble en la memoria colectiva de Hong Kong. Las autoridades están decididas a esclarecer lo sucedido y a garantizar que una catástrofe como esta no vuelva a repetirse.
