Ghislaine Maxwell, exnovia de Jeffrey Epstein, se ha convertido en un elemento crucial en la trama que rodea el caso Epstein, el cual ha resurgido con fuerza y está relacionado con la Administración de Donald Trump. Condenada en 2022 a 20 años de prisión por su papel en el reclutamiento y manipulación de jóvenes para el abuso sexual por parte de Epstein y otros, Maxwell actualmente se encuentra en una prisión federal en Florida.
La situación ha cobrado relevancia esta semana tras la solicitud del Departamento de Justicia a la Corte Suprema de Estados Unidos para que desestime la apelación de Maxwell, presentada por sus abogados en abril. Este movimiento ha llamado la atención dado que se produjo pocos días después de que el caso Epstein volviese a acaparar titulares, especialmente por la negativa de los funcionarios a publicar la lista de clientes de Epstein, a pesar de las insistencias de varios sectores.
Un juicio controvertido y nuevas revelaciones
En un comunicado, los hermanos de Maxwell afirmaron que su defensa está en pie de guerra y que pronto ofrecerán una respuesta a la oposición del Gobierno. La familia cuestiona la equidad del juicio que recibió, argumentando que no se le otorgó un “juicio justo”. Además, el despido el pasado martes de la fiscal federal Maurene Comey, quien estuvo involucrada en el caso, ha añadido más controversia a esta situación. Comey había advertido previamente sobre la posible interferencia de documentos del caso en un nuevo juicio para Maxwell.
Recientemente, el Daily Mail reportó que Maxwell, la única persona encarcelada en relación con la red de tráfico sexual de Epstein, estaría dispuesta a testificar ante el Congreso sobre su experiencia. Aunque las fuentes citadas no fueron identificadas, se indicó que Maxwell no había recibido ofertas de acuerdo por parte de los fiscales, pero que estaría “encantada” de compartir lo que sabe.
La presión sobre el Gobierno y el papel de Trump
Los abogados de Maxwell sostienen que un acuerdo alcanzado por Epstein con las autoridades en 2007 debería haberla protegido de ser procesada como coconspiradora. En este contexto, han instado a Trump, descrito como un “rey de los acuerdos”, a intervenir y evitar que el Gobierno rompa dicho pacto. El abogado de Maxwell, David Oscar Markus, expresó su sorpresa ante la postura del Departamento de Justicia, que busca permitir que el Gobierno quebrante un acuerdo que podría beneficiar a su cliente.
Mientras tanto, la presión sobre la Administración Trump para que se desclasifique la lista de clientes de Epstein aumenta. Miembros del Partido Republicano, así como votantes de Trump, han demandado transparencia en este asunto. Incluso el speaker de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, declaró estar a favor de hacer pública toda la información relacionada con el caso.
Por otro lado, Trump ha minimizado la importancia de este asunto, describiéndolo como “muy aburrido” y cuestionando la fascinación pública por el caso Epstein, quien falleció en 2019. Sin embargo, a través de diversos vídeos recuperados, se puede observar cómo durante su campaña electoral, Trump prometió publicar todos los documentos relacionados con Epstein si era reelegido.
El caso de Maxwell es uno de los más significativos en la historia reciente en relación con el tráfico sexual. Su condena representó una victoria para más de 100 mujeres que la acusaron de abusos a lo largo de una década. Durante el juicio, varios testimonios detallaron cómo Maxwell y Epstein se acercaban a adolescentes, ofreciéndoles dinero por masajes, lo que eventualmente desembocaba en abusos sexuales.
Estas descripciones sugieren que si existe una lista de clientes de Epstein, como Trump ha afirmado, Maxwell podría ser una fuente clave de información. La incertidumbre sobre lo que Maxwell podría revelar en el futuro añade un nuevo nivel de complejidad a un caso que sigue generando interés y controversia en el ámbito político y judicial de Estados Unidos.
